El asesino apretaba el puñal con rabia.
—¿Dónde está el tesoro? —rugió—. Contesta o te mataré.
No contestó. Ya no importaba. La otra noche que dijo que en su casa tenía un tesoro, no se refería a oro y joyas. Hablaba de su esposa y de su hija.
—¿Dónde está el tesoro? —La puñalada entró en su estómago.
No contestó. Para qué. Su tesoro yacía a sus pies, las dos sin vida.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023