El ruido que lo despertó también lo asustó.
Al cabo logró serenarse: solo era el perro queriendo entrar a la habitación. Sin embargo, gimoteaba, ladraba y rasguñaba la puerta.
El hombre encendió la luz, alarmado de pronto. El perro lloraba y arañaba la madera, desesperado por entrar. Fue entonces que la puerta del baño empezó a abrirse.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023