Microcuentos de terror

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Llovió durante siete horas seguidas. El río que atravesaba el poblado se desbordó e inundó las filas de casas que corrían paralelas al caudal. Un grupo de vecinos se organizó y empezó a correr de casa en casa, ofreciendo su ayuda en lo que fuera menester.

En la última casa, la del tío Jonás, al no recibir respuesta derribaron la puerta. El cuerpo hinchado de un niño salió por ella. Pero no era el único, contaron hasta diecisiete cuerpos.

Habían localizado los diecisiete niños desaparecidos durante el último año.




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