Debiste creerme cuando te dije que te amaría aún en la muerte. Así que no te asustes por los susurros que asemejan viento, es mi voz; ni por el frío que a veces te recorre el cuerpo, son mis manos acariciándote; ni por los ruidos subrepticios que escuchas en la casa; soy yo dando un paseo. No te asustes, simplemente soy yo, tu adorado esposo, diciéndote que siempre estaré contigo.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023