Microcuentos de terror

102

Debiste creerme cuando te dije que te amaría aún en la muerte. Así que no te asustes por los susurros que asemejan viento, es mi voz; ni por el frío que a veces te recorre el cuerpo, son mis manos acariciándote; ni por los ruidos subrepticios que escuchas en la casa; soy yo dando un paseo. No te asustes, simplemente soy yo, tu adorado esposo, diciéndote que siempre estaré contigo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.