Microcuentos de terror

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El hombre, que llevaba un año borracho, terminó de hacer el nudo de la soga. Desde que su esposa muriera, nada en la vida tenía sentido. ¿Para qué seguir viviendo?

De pronto, sonó el timbre y un sobre cayó de la ranura del correo. El hombre lloró con la nota en la mano: era un mensaje del puño y letra de su esposa. En esta le pedía que no se sintiera triste, que ella estaba bien, que el lugar en el que se encontraba era de dicha eterna… Por último, le pedía que fuera con ella.

Era la enésima nota similar que recibía. Y él acudiría a su llamado.




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