Microcuentos de terror

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Lo que hizo que colapsara no fue que la policía llamara a mi puerta para comunicarme que mi padre había muerto.

No.

Lo que me desequilibró fue la fotografía que el oficial me mostró: en ella se veía claramente que yo lo estaba ahorcando.

Pero lo que me trastornó por completo fue la incógnita acerca del origen de esa fotografía. En casa de mi padre no había ninguna cámara, y cuando lo asesiné estábamos completamente solos. Además, era noche cerrada, y la foto era tan clara que parecía de día.




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