Microcuentos de terror

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Hasta ese día solo había visto buitres en NatGeo. Sin embargo, esa tarde había uno en la valla de su casa. Intentó espantarlo con aspavientos, no obstante, el ave se limitó a mirarlo. Y aquella mirada lo asustaba, si bien no sabría decir porqué.

Dejó en paz al ave y entró a su casa. En el recibidor lo esperaba aquel hombre al que un día estafó. Vio una chispa y escuchó un silbido. Lo siguiente que supo fue que se encontraba en el piso. Sangraba y una sombra se acercó. El buitre lo miró con sus ojillos ambarinos. Y comprendió porqué aquella mirada lo asustaba. ¡El pajarraco lo veía como a su presa!




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