Microcuentos de terror

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El matrimonio Robinson se mudó al pueblo hace tres años. Todos creíamos que no tenían descendencia. Hasta que un buen día dieron una fiesta para presentar a sus tres vástagos que volvían del extranjero. Eran tres muchachos más bien retraídos y toscos que no causaron gran impresión. Es más, al siguiente día, en voz baja, la mitad del pueblo murmuraba que eran idiotas.

Al parecer, yo fui el único que noté un gran parecido entre aquellos tres muchachos y los tres jóvenes que desaparecieron del pueblo poco después de la llegada de los Robinson.




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