Microcuentos de terror

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Eran muchos los niños que habían desaparecido el último año. Así que, cuando desapareció mi hermanito, yo estaba preparado. Le había regalado una pulsera que llevaba un chip oculto. Fue fácil seguir el rastro hasta una cueva en las montañas.

Rescataría a mi hermanito y por fin sabríamos qué era de los niños desaparecidos.

Imaginen mi horror al entrar a la cueva en cuestión y descubrir a mi hermanito sentado sobre un montón de huesos, royendo los restos del último niño desaparecido.

 




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