A mitad de nuestro viaje encontramos una laguna ubicada en un pequeño valle, cerca de un pueblito de nombre desconocido. Hacía un sol de justicia y nos metimos para nadar un rato.
Todo iba bien hasta que alguien gritó que algo le había rozado. Entonces, como si respondieran a un aviso, empezaron a emerger huesos humanos, piernas, torsos, brazos; un aluvión de cuerpos sin carne y carne a medio podrir.
No fue hasta que los lugareños nos auxiliaron que nos enteramos de una pequeña historia: aquel era un cementerio que las últimas tormentas habían anegado.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023