Microcuentos de terror

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Me asusté mucho cuando el ginecólogo me dijo que estaba embarazada. Y es que, verán, soy virgen. O al menos se suponía que lo era.

Entonces recordé aquella pesadilla, una en la que un ser de aspecto pavoroso surgía del averno y me violaba.

Pensé en la mancha de sangre, en el dolor en la ingle a la mañana siguiente, y comprendí que la pesadilla no había sido tal, sino una terrible realidad.

¡Estaba embarazada de un demonio!




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