Microcuentos de terror

187

La mujer era muy hermosa y sonreía de forma preciosa. Mantuvo la sonrisa al exponer el plan para estar juntos. Fue así como se lo ganó.

Esa noche, la noche elegida, le sonrió todavía más y guiñó un ojo. El hombre asintió, entró a la casa y asesinó al esposo de la dama.

Pero al salir al encuentro de su amada, para darse a la fuga sin que aquel cruel esposo los persiguiera, no encontró a nadie.

Durante el juicio alegó que el autor intelectual había sido la mujer, pero claro, nadie le creyó. Después de todo, la mujer en cuestión había muerto hacía tres años.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.