Microcuentos de terror

199

Era de noche y aquellas tres sombras en medio del cementerio llamaron su atención. Sintió un cosquilleo que bien podía ser curiosidad o miedo. Parecían misteriosas, pensó en fantasmas, y luego en un grupito fumándose un pitillo.

Decidió acercarse, fantasmas o fumadores, igual daba, no era un cobarde. «¡Ey! ¿Qué hay?», saludó.

Tres rostros se volvieron, sudorosos, febriles, salvajes, también asustados. Entonces vio el cuerpo de la joven en el suelo, inmóvil, y a juzgar por sus ropas, también la habían violado.

Prendió la alarma en su interior y el miedo asió a su presa. «¡A por él! —gritó uno de los sujetos—. ¡Prendedlo antes que de la alarma!». 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.