Microcuentos del corazón, confesiones anónimas

Historia 1: Rossana

Yo tenía 9 años, era un niño flaco casi sin chiste y me enamoré. Rossana era su nombre, aun lo digo o lo escucho y suspiro largamente. Era de mi grado, tan solo unos centímetros mas alta que yo, su cabello castaño claro, que para mi era rubio cuando se paraba a contra luz le llegaba a los hombros y la caída ondulada se movía a compás de ella.

Yo pensaba que era amor, y me lo demostraba cada ocasión en  que me tiraba de mi banca escolar.  Yo suspiraba y pensaba " esta muerta de amor por mí"...

Por ella llegaban muy puntuales sus padres, y yo en mis ganas de verla hasta el último segundo en la escuela rogaba a mi madre "mami no llegues por mi a las 2 pm en punto, llega a las 2:30"

Mi madre me tiraba a loco, pero es que tan solo verla por detrás con sus caireles rubios moviéndose a compás de ella mientras iba de la mano de su madre y se subía a su corvet azul me hacían sentir unos latidos muy intensos y que se me salía el corazón.

Aun suspiro cuando la recuerdo. Era muy buena en los deportes, cada que teníamos clase de educación física me aventaba los balones que raramente yo podía esquivar. Me empujaba en la fila para entrar al salón y algunas veces lograba tirarme.

La recuerdo y mi corazón vuelve a latir rápidamente y de inmediato me convierto en un niño tonto de 9 años que se asoma por la ventana de su salón de primaria y observa como Rossana se sube a su auto y se va, como se fue de mi vida hace ya mas de 20 años...




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