Estaba vistiéndome dentro de mi habitación cuando, de repente, oí un ruido extraño que no sabía de dónde procedía.
Entonces, me armé de valor y, me dirigí hacia el otro lado de la casa.
Al llegar allí ví una puerta abierta y me asomé a mirar.
No ví nada ni hacia la derecha ni hacia la izquierda pero, cuando mire al suelo las ví.
Eran una huellas que parecían de un pequeño animal, lo cual me tranquilizó porque, seguramente, era el gato del vecino que se volvió a meter en mi casa.
Volví a la habitación, terminé de vestirme y cogí el coche para ir al centro, donde había quedado con mis amigos:
"Los Libros".