A mí me gusta ir a mi pueblo.
Es un sitio tranquilo y rutinario con pocos habitantes.
En horario laboral no hay más de 20 personas pero, en vacaciones nos reunimos mas de 200 entre adultos y menores.
Allí nos pasamos todo el día fuera de casa; corriendo, jugando, montando en bici... No paramos.
Yo prefiero, por la tarde, salir a la vera del río y tumbar me en la hierba a leer en soledad.
Por la noche ya tengo tiempo de estar con los demás y hacer lo de siempre.