Microrrelatos

El color de la felicidad

Aunque sus pies sangraban y su costado le dolía a horrores, se obligó a seguir corriendo. Corrió atreves del bosque, saltando arbustos, raíces sobresalientes de árboles, corriendo sobre filosas piedras, que se enterraban en sus pies, esquivando ramas he intentando ser lo más sigiloso posible. Cómo si eso fuera posible. Pensó en la razón de su correr, la verdad detrás de todo.

Al fin lo pudo hacer, mató a ese mal nacido que lo tenía secuestrado, alimentándose de su sangre y usándolo como su puta, en contra de su voluntad

Él nunca ha sido alguien violento, pero la situación lo ameritaba, 5 años de abuso lo volvieron mierda, una mierda maltratada, rencorosa. Pensó en su captor, como un día común lo agarró en una calle, lo arrastró a un callejón, y allí, en la oscuridad del reducido espacio, se alimentó de él, de su sangre. Jodidos chupa sangre, creyéndose superiores solo por tener colmillos y una fuerza sobre humana, humillando a su raza y tomándola como esclava, recordándoles a cada segundo cuan de débiles y estúpidos son. ¡Pues bueno!, Este débil y estúpido humano asesinó al rey, el comandante de su tropa, ¡la sabandija mayor!. ¿Qué si siente remordimiento?. ¿Remordimiento de qué?, Lo único que siente es una gran satisfacción, se siente lleno, liberado una sensación tan placentera de la que nunca tuvo la oportunidad de gozar en su pobre vida.

No sintió cuando tropezó con una piedra, ni el fuerte golpe que sintió después. No le importó en lo más mínimo. Él sonrió, le sonrió a los soldados de su antiguo apresador, esos que lo veían con rabia, sus ojos brillando en un intenso tono vino tinto, le hizo realmente feliz.

Él llevó su mano a su costado derecho, donde anteriormente le habían atravesado con una estaca, era irónico, se suponía que las estacas estaban hechas para los vampiros, pero estos las usaban con los humanos. Sintió la sangre correr, y sonrió cuando le agarraron del cuello.

- ¿Qué me vas a hacer? - preguntó con arrogancia - Cualquier cosa que hagas no servirá de nada - y se relamió los labios - ya lo maté - saboreando la sangre que salió de un pecho al ser atravesado por el filo. La sangre estaba podrida y sabía horrible, pero no le importó, era solo un recordatorio de su victoria.

El chupa estirpe frente a él se enojó más, le tiró al suelo y recibió el tarro con un líquido amarillento que le tendió su compañero.

Luke río

- Oh, ¿Me quemarás? - He hizo el amago de haber enterrado algo en su pecho, justo donde estaba su corazón.

Los vampiros solo se enojaron más, el líder al mando vació el resto del contenedor en el humano, luego sonrió, cuando su compañero le tendió el encendedor.

Nadie nunca podrá comprender las risas que se escucharon luego de encenderse la llama. Nadie nunca entenderá el ataque de carcajadas que sufrió un humano al ser quemado a fuego vivo. Nadie nunca, ni en un millón de años, entenderá sus últimas palabras.

- No es la última vez que sabrán de mí.... Yo volveré...-

Antes de ver cómo el cuerpo se consumía en el color y fervor, derritiendo la carne. Aunque no lo quisieran admitir, los vampiros nunca quedaron satisfechos. Después de todo. El humano murió feliz.

Fin

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En el texto hay: fantasia, hetero y homo, relatos corto

Editado: 06.07.2022

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