Mientras él se encontraba en aquel sillón verde leyendo la novela que tanto le había cautivado, ella se acerco lentamente intentando que sus pasos descalzos no se escucharan en el piso de madera. El sonido crujiente de la leña en la chimenea reconfortaba el clima invernal que se veía afuera a través de los ventanales.
Cuando llegó junto a él, se sentó en su regazo, le retiro el libro de sus manos y lo acomodo en la mesita del té, le acaricio el cabello y depositó un beso en su frente, él respondió acariciando la silueta de su mujer. Levantó la mirada e inevitablemente sus ojos se encontraron con los de ella, por un instante se perdió en esa mirada gris. Quiso decirle algo pero sus labios temblorosos se quedaron entre abiertos, sus manos dejaron de tomarla.
Despacio se separó de él y pudo ver el hilito de sangre que corrió al sacar de un tirón la daga de su estómago.
Editado: 20.10.2022