La sesión

Ildemaro era un teniente recién graduado, se presentó a un batallón de infantería de marina y fue designado a la compañía de los recién reclutados. Ildemaro era un muchacho de 21 años con poca experiencia, liderando y formando, como infantes de marina, a un grupo de 40 personas, la mayoría de su edad, pero algunos mayores que él. Cierto día, a las 11 de la noche aproximadamente, el Teniente estaba pasando revista a la cuadra y vio a dos soldados con un altar espiritista, en medio de una sesión, fumando tabaco y bebiendo ron, atrayendo a un espíritu para que "bajara" al soldado que era "materia". Ildemaro se asustó, nunca le gustó nada que tuviese que ver con la brujería o el esoterismo. Trató de irse sin que los soldados lo vieran, pero ellos lo notaron. Al día siguiente, en la formación de la noche, cuando Ildemaro enviaba a su compañía a formación, el soldado "materia" cayó al piso y empezó a realizar una serie de movimientos involuntarios con su cuerpo. Los ojos se le pusieron blancos, empezó a emitir voces extrañas, en lenguas extrañas; en cierto momento, parecía que levitaba por lo menos medio metro del suelo. El soldado que lo acompañó en la sesión del día anterior le dijo a Ildemaro: "Teniente ese es el espíritu de mi abuelo, ayer lo invocamos y se quedó en el cuerpo de Jefferson, es mejor que le demos una botella de ron y lo acostemos en la cama para qué se vaya el espíritu, yo acompaño a Jefferson en el cuarto". En ese momento se le aclararon las ideas a Ildemaro. Tomó un palo de escoba y se lo partió en las nalgas a Jefferson, mientras le decía de forma violenta: "se me van los dos a formación ¡CARAJO!". Los dos soldados salieron corriendo a formación entendiendo que su plan les había fallado y que ese día el Teniente Ildemaro era cuando realmente se había graduado de oficial