Microrrelatos

Piar

Sentado en el banco de su celda Manuel se preguntó como había llegado a esa situación, preso, juzgado y esperando a que en minutos lo llevaran al paredón. Su fin estaba cerca; pero él trataba de comprender m como seis meses atrás era vitoreado como un héroe, parecía un General romano celebrando el Triunfo en el Templo de Júpiter, luego de una conquista, y ahora era un convicto esperando la muerte.

Él guió hombres en batalla, fue el protagonistas de proezas nunca vistas,como aquella vez en Maturin , cuando enfrentó a De la Hoz fuera del pueblo, huyó de él en plena batalla, cuando era perseguido mandó a sus tropas a regresar, a girar o volver caras, atropellando a De la Hoz y a sus soldados, llevándose una victora increíble; sin embargo, antes de realizar esta hazaña, se le habia insuborndinado al Coronel Bernardo Bermudez, le había quitado el mando de las tropas y él mismo se arrogó el comandó de la defensa de la plaza. Así había sido su vida,, él era muy mal subalterno, no era bueno obedeciendo órdenes; pero planificando batallas, dirigiendo tropas él se consideraba el mejor, un Alejandro Magno moderno.

Como es posible que alguien que solo triunfó y triunfó terminara en esta situacion. No cabia duda que en este pais y ante esta gente más valía caer en gracia que otra cosa, reflexionó Manuel. Trece batallas comandó y en trece ganó. solo una mancha en su récord, una derrota frente a Boves en El Salado, frente a Cumaná, un derrota producto de su rebeldía, ya que el quería comandar, pero Ribas también quería el mando. Esa disputa entre ambos obligó a Ribas a retirarse, debilitó las fuerza de Piar y perdió la batalla.

Piar el díscolo, el que pese a ser de tez blanca se consideraba pardo. Con ellos se sentía bien, él fue el primero que les otorgó grados militares de oficiales a los de esa clase, compartía con ellos en el campamento, los invitaba a los consejos de guerra, en resumen él, que practicaba la democracia y meritocracia en el trato con sus subordinados, habia sido traicionado por ellos

A Manuel le dolía que lo huebiesen condenado sus subodinados. Anzoategui, León Torres, Ucron, quienes estaban bajo su mando y a quienes él habia ascendido, siendo vocales en es espertento que fue su juicio, lo habían declarado culpable. Su propio compadre Brion, Presidente del tribunal de guerra, no hizo nada por evitar esa felonia que fue la desición que tomó el tribunal. Soublette, al que él había tratado tan bien después de su desastrosa derrota en el desembarco de Ocumare. Soublette, para congraciarse con su primo Bolívar, lo habia calumniado y difamado, de la peor manera posible, en su alegato como fiscal. Los testigos eran hombres bajo su mando, la mayoria pardos que habian sido ascendidos por su autoridad. No había esperado ese golpe rastrero de tanta gente en la que el llegó a confiar. Sin embargo, lo que mas le sorprendió fue la defensa que de él hizo Galindo, a quien creía su enemigo. Galindo no tuvo más remedio que defenderlo y lo hizo con pasión, quizás no con tanto tino; pero sí con la pasión y convencimiento de que su otrora enemigo era inocente.

Piar que libertó el priner territorio en donde se pudo instalar un gobierno con sus poderes públicos. Sin Piar no habría nación. Cuando se entregó lo hizo consciente de no haber hecho nada malo, las acusaciones en su contra se caían por su propio peso. Él se entregó con la seguridad plena que sería declarado inocente o, en todo caso, perdonado por las multiples acciones que, en bien de la Patria, habia emprendido; pero no era así, ahora sería fusilado y la historia lo juzgaría de la peor manera posible y no como el héroe que realmente era.



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En el texto hay: microrrelatos, aventura, vida cotidiana

Editado: 19.09.2024

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