—Feliz cumpleaños mi chiquita hermosa—celebró una madre a su pequeña hija en su sexto año de nacida.
—Mami, tengo hambre. —dijo la niña.
—¿Qué quieres comer?, puedes pedirme lo que quieras. —preguntó la madre.
—Quiero tu alma mami.
«Quiero tu alma mami». Fue la respuesta de la niña, luego de que sus ojos se tornaran totalmente negros, oscuros como una noche sin luna.