—Si quieres encontrar la felicidad y vivirla... entonces, debes saber cuáles son tus sueños. —dijo mi papá, colocándose al lado de la puerta antes de salir— y después de que sepas realmente lo que quieres, ve y disfruta cada día el camino por donde transitas, pero sin perder de vista la meta.
Me miró con ojos entristecidos, no obstante, en su rostro se notaba satisfecha por la decisión que tomaban y se marchó, dejándonos solos.
—Ahora entiendo porque lo hizo, no obstante, esta vez, yo decidí caminar junto a ti y eso me hace feliz. — respondí.
Y mi hijo, sonrió.