—¿Estás segura qué quieres cortar algo tan hermoso?
—Sí, eso es justo lo que quiero.
—Pero...
—¡Córtalo! ¡Vamos! No vale la pena tenerlo así de largo y hermoso, si lo único que me causa es dolor.
—Pero sabes que él no tiene la culpa de tu amor no correspondido.
—Lo sé perfectamente. Solo que tenía fe de que al cuidarlo como él deseaba, terminaría enamorándose un poco de mí; pero nunca imaginé que todo lo que hacía le recordara a ella, volviéndome un espejismo delante de sus ojos. Esto tiene que acabar hoy y voy a empezar cortando este cabello.