—¿Tiene que morir? ¿Por qué yo tengo que hacerlo? ¿Por qué? En verdad, lo siento mucho, yo no quiero hacerle nada malo. Es tan solo un niño. ¡Rayos, no quiero hacerlo! ¡Quédate quieto! ¡Por favor, no te muevas! Baja el arma, mi amor. ¡Por favor, bájala! No le hagas caso, no le escuche. Él es un mentiroso. Yo no voy hacerte daño, solo quiero ayudarte. Sé que lo sientes, yo también lo siento. Sé que no quieres hacerlo, pero si dispara yo también lo haré. Por favor... ¡No.…! No quería hacerlo. No quería matarlo. ¿Por qué no me dejaste opción?