—A mi derecha, está el amor ágape. Aquel que me expulsó de su vientre al llegar el momento y, entre lágrimas, prometió amarme hasta el día de mi muerto o del suyo. ¡Es un amor infinito! A mi izquierda, yace el amor eros, con todas sus libertades pasionales. En su voluptuoso cuerpo, me pierdo locamente. Ojos avellana y nariz respingada, como oasis visto desde las alturas. Ambas son mi felicidad, pero no puedo escoger a ninguna. Nunca seré libre de esta maldita guerra. Por ello, me iré con el viento al detonar este magnum 350 en mi cabeza.
¡Les amo!