Érase una vez un chico que se sentía solo. Aunque tenía a sus padres y al resto de su familia, sentía que le faltaba algo en la vida. Había conocido a muchas chicas de las cuales se había enamorado, pero la relación con cada una de ellas no había funcionado, pues todas ellas eran unas “tóxicas”. Esto provocó que se aprovecharan de él y de su amor hacia ellas, como por ejemplo, una vez él viajó muchos kilómetros para ver a una, pero ella lo ignoró cuando estaban juntos, de hecho, al poco tiempo, se fue sin darle explicaciones, quedándole solo en esa ciudad desconocida. O en el caso de otra chica, esta se acostó con otro cuando llevaban poco más de una semana saliendo. Todos esos fracasos provocaron que el chico dejara de confiar en las personas. Un día, ya desesperado, decidió desahogarse a través de una aplicación de móvil, que consiste en contar tus secretos sin que nadie sepa quien eres. De esta manera, una chica que estaba probando la aplicación, vio su relato y le preguntó. El chico se lo contó todo y se hicieron amigos. Al cabo de un tiempo, y tras hablar por chat, decidieron conocerse en persona, ya que eran de ciudades distintas, y tras encontrarse, fueron a dar una vuelta e ir a tomar algo. Poco a poco, el chico volvió a confiar y se dio cuenta de que no todo el mundo era malo (ya que esta chica que conoció a través de esa app era muy buena persona). Fruto de esto, se fueron enamorando el uno del otro. Un tiempo más tarde, la chica se fue a vivir en esa ciudad de forma definitiva debido a que consiguió trabajo allí, pues su pueblo se le había quedado pequeño. Tras esto, empezaron a quedar mas a menudo, desde un simple paseo hasta una salida al cine.
Una vez que quedaron, el chico le pidió que fueran a su casa, pues quería confesar lo que sentía por ella. Una vez allí, le dijo:
Una vez que se separaron, ella le dijo: - Te quiero muchísimo, no me había dado cuenta antes, pero lo hago, eres un chico estupendo y quiero estar contigo.