Cuando llego al riachuelo, veo que está sentado de espaldas, con la mirada perdida en el agua, que junto a los sonidos de los pájaros, se crea una atmósfera tranquila.
- Hola – digo en voz baja
Se levanta y se gira hacia mí, y cuando me ve, esboza una sonrisa tímida.
- Necesitaba hablar contigo sobre lo que ha pasado antes – sigo diciendo.
Asiente y da un par de pasos hacia mí, pero manteniendo la distancia, esperando.
- Llevo muchos años teniendo sentimientos hacia ti y pensaba que solo era un enamoramiento adolescente, pero no ha sido así. Y cuando me fui a la universidad, pensé que se me pasaría y que me enamoraría de alguien de mi edad. Y bueno, cuando antes me has besado…he sabido que esos sentimientos eran verdaderos, pero no he sabido reaccionar bien y ha sido demasiado.
Él baja la mirada un momento y me responde suavemente:
- No pasa nada, lo entiendo. Tal vez me he precipitado. Pero no quería guardármelo más.
- No, no es eso – le interrumpo, avanzando hacia él – No estoy enfadada. Solo que…me ha sorprendido y por un momento me he sentido abrumada. Es como si todo lo que había imaginado durante años se hubiera vuelto realidad de un golpe-
Él asiente con una sonrisa más tranquila, como si mis palabras le dieran algo de alivio.
- Yo también lo he imaginado muchas veces – confiesa – Pero siempre he pensado que eras muy joven y que lo nuestro iba a ser imposible.
- ¿Y ahora?
- Ahora me doy cuenta de que jamás te he visto como a una niña. Solo necesitaba asegurarme de que tú también sintieras lo mismo. Y que no solo fuese un juego de verano.
Nos quedamos en silencio durante unos segundos. Doy otro paso más hacia él y esta vez soy yo la que le toma de la mano.
- Y yo no quiero que esto sea algo pasajero – le digo, con el corazón a mil por hora – Pero tampoco quiero dejar pasar la oportunidad por miedo.
Él entrelaza sus dedos con los míos y se acerca un poco más
- Entonces, ¿qué te parece si empezamos con calma? Sin nada de prisas, solo a ver qué pasa entre nosotros
Sonrío – Sí, me parece bien
Y entonces, me besa de nuevo, pero esta vez más suavemente. Porque ya no somos una adolescente y su amor imposible, sino dos personas que se han encontrado.