A Maia siempre le había gustado su profesor Raúl desde que había entrado en la universidad. Raúl era para ella un ejemplo a seguir y le había ayudado varias veces. Maia sabía que había una especie de química entre los dos, pero el problema era que Raúl era muy ético y un poco estricto. En ese momento Maia estaba por acabar la carrera y le había escrito un correo para que Raúl le resolviese una duda, pero no le había contestado. Entonces se puso en modo hacker y consiguió su número de teléfono y le mandó un whastapp. Él extrañado, le contestó y ella le pidió que le resolviera aquella duda, incluso se atrevió a coquetear con él. También le confesó que no atendía a las clases porque se distraía todo el tiempo, ya que estaba enamorada. Raúl creyó que era por su mejor amigo Juanjo, no por él, y le bloqueó
Tres meses más tarde, él la desbloqueó para felicitarle por haber aprobado su asignatura, ya que Maia se había puesto a estudiar muy duro. Ella, sorprendida, le contestó y le agradeció su mensaje. Como ya sabía que no iba a pasar nada entre ellos, le deseó suerte en la vida, pero Raúl, le confesó que realmente sí estaba celoso de su amigo Juanjo. Maia no podía creer lo que estaba leyendo. ¡Entonces sí había química entre ellos! Incluso Raúl le propuso que saliera con él en modo cita y ella aceptó. Por fin tenía lo que siempre quiso