Pasaron algunos días desde aquella discusión que tuvimos por la cena de mis padres. Yo acabé perdonándolo, pero seguía pensando que era un poco ingenuo. Pero bueno, al final y al cabo, le amaba tal como era, de hecho, era consciente de que sus intenciones habían sido buenas.
Cuando nos reconciliamos, él me propuso que si yo quería, podía ayudar a su prima Clara en la tienda de perfumes en la que trabajaba.
Clara era unos años más mayor que yo, tenía 29, y la había conocido una vez que vino de visita a nuestra casa. Era una chica muy espabilada y risueña. (*) le había preguntado que si yo podía ayudarle en la tienda algunos días mientras yo me preparaba las oposiciones a auxiliar de biblioteca y ella aceptó sin pensarlo dos veces, ya que en esos momentos ella estaba sola en la tienda debido a que una de sus compañeras y amiga, estaba de baja. Y además, una de las cosas que me gustaban de ella, aparte de su personalidad, era que podías confiar en ella, pues era una chica muy leal a las personas que le importaban.
****
Un sábado por la tarde, casi a la hora de cerrar, Clara y yo estábamos en la tienda colocando algunos perfumes y cremas en sus respectivos estantes, cuando ella me comentó:
Asentí. - Sí, ya me lo confesó hace algunas semanas.
Bajé la mirada un momento, apenada al escuchar eso y le pregunté:
Clara me cogió las manos y me dijo: - Por supuesto que él te quiere, es más, te ama y adora. Contigo dejó de esconderse, te escucha. Para él eres lo único que existe. De hecho, gracias a ti empezó a quedarse más tiempo en casa. Contigo.Y por supuesto, a él, como a ti, no le importa la diferencia de edad.
Eso tranquilizó a mi corazón inquieto.
****
Estaba muy feliz cuando llegué a casa. (*) notó esa felicidad y me preguntó a qué se debía
Levantó una ceja, curioso
Me miró apenado, tal y como yo había mirado a Clara un rato antes en la tienda y dijo en voz baja:
Me acerqué un poco más a él y le di un rápido beso en los labios y continué diciendo:
(*) apretó los labios, como si no quisiera liberar la emoción que tenía dentro de él. Suspiró y dijo:
Y entonces, por primera vez desde que vivía en su casa, él se derrumbó. Me abrazó y luego me besó en la boca, como yo había hecho antes, pero esta vez con más pasión.