EXTRA AMOR CORRESPONDIDO: LA FAKE DATING (PUNTO DE VISTA DE ÉL)

La verdad es que no sé cómo demonios he hecho para llegar hasta este punto, con lo reservado que soy.

Hace unos días, Evie me pidió que la acompañara al bar del pueblo, ya que una antigua compañera del instituto iba a venir con su novio, y como Evie no podía, me lo propuso a mi. Aunque para mi sorpresa, no como amigos, sino como novios. Es decir, una fake dating en toda regla. Al principio, me negué, porque como ya he mencionado antes, soy reservado. Además, yo no sé fingir delante de ella.

Y bueno, ahora estamos caminando por la plaza del pueblo en dirección al bar, pero noto que está nerviosa. No para de retorcerse los dedos de las manos y tampoco es capaz de mirarme a los ojos. Hasta que no aguanto más y le digo:

- Relájate. No pareces feliz de estar conmigo.

- Es que…no sé actuar – responde, todavía nerviosa.

- Entonces no actúes. Solo sé natural – le contesto y rápidamente aparto la vista, avergonzado por la estupidez que acabo de soltar por la boca.

Ella no responde, solo se dedica a contemplarme unos segundos con el ceño fruncido, un gesto que siempre me ha parecido muy adorable, pero no dice nada.

Al final, llegamos al bar donde ha quedado con su compañera. La primera, al vernos llegar, sonríe y cuando la abraza, exclama:

- ¡Cuánto tiempo! No sabía que tenías pareja.

- Sí, bueno – responde intentando que no le tiemble la voz, aunque sin mucho éxito – Es algo reciente.

- Soy “ese algo reciente” – me presento, tratando de aliviar la tensión entre ambos a la vez que la rodeo con un brazo.

Ella se tensa un poco, pero no se aparta y su compañera se ríe ante mi comentario.

Después de un rato, su compañera nos dice:

. - Hacéis muy buena pareja. Se nota que hay química

Ella, nerviosa, intenta negarlo, pero yo me adelanto. Le cojo de la mano y digo con voz suave:

- Es que la hay.

Ella se tensa de nuevo y me mira. Después aparta la vista avergonzada, tal y como yo he hecho un rato antes.

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Ya se ha hecho de noche cuando salimos del bar. Caminamos durante un rato en silencio hasta que ella dice:

- Gracias por ayudarme. Y por seguirme el juego.

- No te preocupes, no ha sido tan difícil fingir – respondo encogiéndome de hombros.- ¿Ah no? – me pregunta extrañada a la vez que se gira para mirarme.--

- No – le digo con una sonrisa – Porque no he tenido que fingir tanto.

Mi comentario la queda sin palabras. Y yo, sin pensar, voy hacia ella y le planto un beso en la mejilla.

- Por si hay testigos – le digo, intentando ser natural. Y sin mirarla, continúo andando delante de ella.