Mid [#2 Aberrantes]

Capítulo 18 - Esta pelea no la va a ganar nadie

Kyung lanzó la lanza en dirección a Blue Velvet, pero ella lo esquivó girando sobre su hombro. No esperaba que la espada en forma de luna menguante estuviera atada a unas cadenas en la zona del mango. Vio como el sable estaba incrustado en la pared y notó como este se devolvía en dirección a su dueña, siendo atraída por las cadenas de metal. La espada estaba adherida al cuerpo de Kyung. Por más veces que la lanzara iba a volver con su dueño de un tirón.

Esto era un reto. Le encantaban los retos.

Blue Velvet corrió en dirección a Kyung y ella lanzó su otra espada, Blue Velvet saltó para caer de pie encima de la isla de cerámica, continuó corriendo y lanzó el cuchillo de cocina. Esta vez fue Kyung quien giró la cabeza haciendo que el cuchillo cayera en el suelo clavado en la madera.

Todo era una distracción. Blue Velvet avanzó contra la mujer y con sus piernas rodeó el cuello de la chica pelirroja. Iba a torcerlo hasta que vio en el reflejo de la ventana como uno de los cuchillos estaban a punto de cortar su espalda. Se retiró de un salto y cayó ágilmente como un gato.

El sable silbó por la velocidad en la que viajaba y estaba a solo unos centímetros de cortar la oreja de Kyung.

Blue Velvet corrió a la cocina y se agachó ocultándose debajo de la mesa de cerámica. El cuchillo de Kyung dio contra el lavadero, mientras que el segundo había sido clavado a unos centímetros cerca de su cabeza. Blue Velvet, de una manera volátil, tomó tres de los cuchillos que se encontraban en el cajón abierto. Los más grandes que había.

Saltó nuevamente cayendo en la mesa y le propinó una patada en el rostro de Kyung. Los sables volvieron con su dueña, pero ninguno cortó a Blue Velvet.

Blue Velvet aprovechó la oportunidad para lanzar golpes, dos o tres lograron caer en el rostro de Kyung, sin embargo, cuando estaba a punto de apuñalar su pecho, una de las espadas en forma de luna se interpuso. Con la pendiente que formaba el sable logró girar la cuchilla de Blue Velvet y la lanzó arrebatándole de su mano y lanzándose contra el televisor.

Blue Velvet, con su mano libre, tomó el otro cuchillo haciendo que ambas manos estuvieran ocupadas. Ahora eran iguales.

—Esto va por lo que hiciste en Argelia —exclamó Kyung.

La chica con máscara de gato comenzó a lanzar embestidas, intentaba cortar a Blue Velvet, sin embargo, no lograba nada. Blue Velvet retrocedía y esquivaba las enormes espadas, haciendo que estas cayeran en el sofá, la mesa, incluso en las repisas de la cocina. El suelo estaba repleto de astillas y vidrios quebrados. El televisor conservaba un cuchillo clavado en el centro de la pantalla.

—Creía que lo habías disfrutado —Blue Velvet liberó una sonrisa llena de cinismo.

— ¡No hablo de eso! —exclamó Kyung.

Kyung lanzó uno de sus sables y nuevamente Blue Velvet logró evitarlo, sin embargo, ella no había contado con que el otro sable iba a ser lanzado en la misma dirección en la que había caído.

La espada en forma de luna logró cortar una parte de su brazo. Era un rasguño, pero el dolor era inmenso. Sentía como pequeñas llamas, se apoderaban de su piel en esa simple cortada.

—Ahora sabes lo que siente ser cortada por estas bellezas —respondió Kyung a su vez que sus espadas volvían a sus manos siendo atraídas por las cadenas de metal ocultas en las mangas de su camiseta negra—. No es un dolor tradicional como puedes sentir.

Blue Velvet se sentó en el suelo. Estaba agonizando en silencio y estaba renuente a liberar un grito. No le iba a dar esa satisfacción.

—Pero tú sentiste otras cosas en Argelia —respondió Blue Velvet y de nuevo esa sonrisa apareció.

Esa sonrisa que hizo entrar en ira a la chica enmascarada.

Lanzó ambas dagas nuevamente en la misma dirección, pero Blue Velvet se había desfigurado en un rayo. Este destello atravesó la habitación hasta estar detrás de Kyung. Sin pensarlo dos veces, con sus dos cuchillos rodeó el cuello de la chica tomando la forma de unas tijeras. Antes de que lograra cerrarlas, las navajas volvieron a las manos de Kyung y esta las colocó en medio para que le fuera imposible cerrarlas. Se colocó de cuclillas e intentó patear las piernas de Blue Velvet, ella saltó antes de que lograra su cometido y continuaron con la pelea.

A pesar de que el departamento continuaba chamuscado de humo, podían ver con claridad. Ambas habían sido entrenadas para ello, para evitar cualquier inconveniente. Bien sea una pelea en lodo junto con la lluvia, o el poder pelear en el desierto sin una gota de agua. Cada quién fue entrenada por un diferente maestro y de distintas maneras.

—Espero que literalmente pagues por esto —resaltó Blue Velvet extendiendo sus brazos, señalando todo el desastre que habían creado juntas.

—Primero tú pagarás por lo que robaste —Una de las espadas se había incrustado nuevamente en el televisor ya inservible.

Blue Velvet, quien estaba de pie delante de la pared blanquecina, se percató de lo que iba a suceder.

Kyung hizo que la lanza volviera a su mano aun con el televisor adherido a ella y con la fuerza del lanzamiento, provocó que el televisor diera contra la pared creando una grieta enorme. Había un agujero en la pared dejando a la vista el apartamento de los vecinos de Alan.




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