Mid [#2 Aberrantes]

Capítulo 28 - Hermanita

Alan notó como la pequeña chispa de electricidad se iba expandiendo hasta formar una pequeña luz, luego iba carcomiendo el aire como si se tratara de una página. Todo sucedía tan lento ante sus ojos. Observó como Tanque se abalanzaba contra él así que corrió y tomó a su amiga entre sus brazos de nuevo, le había advertido que el plan no le iba a gustar. Corrió atravesando el local sintiendo el calor a sus espaldas.

Continuó corriendo y esta vez decidió ir más allá del peligro, donde estaba seguro que no habría nadie. Colocó un pie encima de la pared del edificio, luego otro, y así sucesivamente hasta que estaba caminando por las paredes. Corría subiendo el edificio por fuera. Andron corría con fuerza para evitar caerse, era la primera vez que hacía esto y debía arriesgarse. Una vez en la cima vio por la cornisa como la ciudad era distinta desde lo alto.

Lissa parpadeó repetidas veces tratando de captar qué era lo que había sucedido. Lo último que recordó fue estar en el restaurante y ahora estaba siendo tomado por Andron en sus brazos y una llamarada carcomiendo el restaurante. Lissa frunció el ceño viendo a Andron, lo tenía muy cerca de sí y eso le disgustaba.

Lissa saltó de sus brazos y volvió a sacudir para eliminar los restos de escombros y suciedad.

—Te dije que...

—Y yo te dije que este plan no te gustaría —interrumpió Andron.

Lissa lo vio con cara de pocos amigos y se acercó más al borde. Notó que todo el lugar era un caos, muchos aberrantes estaban desatados y mostrando sus verdaderos rostros, destrozando tiendas, tomando todo lo que podían encontrar. Cada calle estaba siendo vigilada por uno de ellos. Al menos ya no se escuchaban gritos de pánico.

—Son demasiado Aberrantes —murmuró Lissa.

—Te lo dije —Andron se sentó en el suelo con las rodillas arriba y abrazando sus piernas—, jamás acabaremos con esto.

Lissa niega con la cabeza. Ve las llamas iluminando las calles, observa el cielo oscuro pero aún mostrando una cantidad basta de estrellas. Coloca un dedo bajo su mentón mientras piensa que puede hacer, tiene idea pero no quiere volver a eso. No le gusta usar sus poderes, odiaba ser lo que Theodore le había ordenado hacer.

Ella era una humana, una persona, no quería que su cuerpo volviera a ser solo electricidad, escuchar voces y ver dígitos constantemente en su cabeza. Saber los secretos de todas las personas a su alrededor, sus etiquetas, sus redes sociales y más que todo sus condenas.

Frunció los labios y volvió su mirada en frente. No veía a su amigo pero podía adivinar que estaba melancólico y no tenía cabeza para pensar en un plan. Habían salido del peligro y lo único que quería era descansar. No lo culpaba.

Quizás esta no era su primera misión pero era una gran misión para alguien que recién estaba empezando. Quizás él era mayor que ella por edad pero ella sabía más de estas cosas, ella sabía que hacer y cómo controlarlo. Por lo tanto, ahora ella era la hermana mayor y debía protegerlo.

—Conozco una manera —Lissa giró sobre su talones y vio a su amigo desdichado.

—¿Cómo? —preguntó Andron reclinando su cabeza en sus rodillas.

—Pero tenemos que salir del campo electromagnético —respondió Lissa y se acercó a Andron, le extendió su mano, desde ese punto de vista Andron se veía tan pequeño y ella tan alta—, y necesito tu ayuda para hacerlo.

Andron sintió una especie de calor cuando sentía una brisa helado, su corazón palpitó con fuerza pero esto era amor, pero no esa clase de amor romántico, era amor similar al que sientes con un hermano. Esa persona que es tu pilar y recordó que esta chica ha estado con él en varias ocasiones aunque él no podía verla. Como un ángel guardián.

Andron asintió y tomó su mano.

—¿Qué piensas hacer? —Preguntó Andron .

Recordó que Lissa era bajita, debía bajar la mirada para verla a los ojos, aun se sentía pequeño, como un niño comparado a la sabiduría de ella.

—Tenemos que regresar la electricidad. Hacer que la luz vuelva.

—De acuerdo. Entonces ¿Necesitas ayuda para salir? —Andron colocó una mano en la espalda de Lissa.

Ella ya sabía lo que venía. Lissa suspiró.

—No te aproveches de esto —respondió y ella se aferró al cuello de su amigo—, espero que sea la última vez que hagamos esto.

Andron rió entre dientes y volvió a tomar a Lissa entre sus brazos como una muñeca de gran tamaño. Lissa apartó la mirada, no quería el rostro de Andron tan cerca del suyo.

—Ya quisieras, hermanita —habló Andron haciendo énfasis en la palabra "hermanita".

Andron salió corriendo de la ciudad como una bala rodeando a todos los Aberrantes y el desastre que se estaba desarrollando en su ciudad. El caos cubría cada zona y  ya no había existencia de una sociedad. Veía las calles y edificios con melancolía. Ya había perdido todo.

Una vez fuera dejó caer a Lissa y esta cayó de pie como un gato. Ya no soportaba ser tomada como un trapo o una niña, ella era más útil que esto. No tenía mucha energía pero debía usar lo suficiente para contrarrestar el campo.

—Esperemos que funcione —murmuró Lissa y parpadeó repetidas veces haciendo que sus ojos fueran completamente blancos.




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