Mid [#2 Aberrantes]

Capítulo 57 - Necesitamos a todos

Phemphit tomó aire y se acercó a Cooper.

Nadie dijo nada, ni siquiera Chao.

Ella colocó una mano encima de su hombro y parecía que el ambiente había cambiado para todos.

—No puedes hacerlo solo —dijo Phemphit con su icónica voz tan dulce y suave como el viento de otoño—. No deberías hacerlo solo.

Cooper traga saliva.

Sus ojos azules se fijaron en la chica de pelo rosado. No había notado lo joven que era, pero era más alta que Blue Velvet definitivamente.

Tomó aire y volvió su mirada en la chica sentada en el desayunador. Shixed continuaba con su mirada que transmite una mezcla perfecta de indiferencia y contención emocional, como si el mundo a su alrededor le importara menos de lo que debería.

Luego observó a Murphy, quien se notaba preocupado. Cooper no sabía si se refería en el embrollo que Murphy se habrá metido solo o si estaba preocupado por la salud de Cooper.

Cooper cerró los ojos y asintió. Tenían razón.

Phemphit apartó su mano viendo que su persuasión funcionó.

Ella no usaba sus poderes de atracción en nadie, más que todo porque aún no sabía usarlo bien, pero estaba segura de que no lo había usado en Cooper.

Ahora Cooper, al abrir los ojos, dirigió sus ojos en Chao. Lo podía ver el rabillo de su ojo. Chao continuaba sentado, despreocupado, parecía agotado o vencido. Ya no parecía querer escapar de su jaula.

Shixed notó esta conexión entre ambos, así que pegó un salto del desayunador para darles cara a ambos.

—Necesitamos a todos —dice Shixed irrumpiendo el silencio—. Incluyéndolo.

Cooper lo observó, el hielo en sus ojos azules contrastando con el brillo espectral de los de Chao. La desconfianza seguía allí, silenciosa, imposible de ignorar.

—¿Y él? —Cooper alzó los hombros recordando a Chao quién lo metió allí—, ¿Qué puede hacer que no complique más las cosas?

Chao sonríe, pero esta vez no es la sonrisa burlona de antes. Es más calculada.

—Sé cómo piensa Parker —responde Chao con calma—. Lo he visto hacerlo. Sé cómo lo encontrarán antes de que él los encuentre a ustedes.

Ambos continuaron intercambiando miradas, parecían intercambiar pensamientos.

Cooper no podía confiar tan fácilmente, y menos en una persona con un poder tan grande como interpretar y vivir los miedos de las personas. Pero, Shixed estaba con ellos, y confiaba en ella. Le daba miedo, pero sabía que no era una amenaza aún.

La casa había cambiado. El ambiente el primer día con Chao fue incómodo, podía sentir miedo y ansiedad, todos sabían que era debido a la habilidad de Chao, pero ahora, todo estaba vacío.

Incluso tanta calma le asustaba.

Finalmente, después de un largo momento, asiente.

Cooper buscó en su cinturón un aparato y apretó el botón. La celda que había creado se dispersó y se desactivó.

Incluso Chao estaba impresionado por la rapidez en la que desapareció el pequeño domo eléctrico.

Chao comenzó a estirar las piernas, se levantó con dificultad y todos olvidaron lo alto que era este sujeto. No le ganaba a Murphy, pero era igual de alto que Cooper y un poco más delgado.

—Un paso en falso, y esto se acaba —amenazó Cooper.

—No necesito pasos en falso para que las cosas se compliquen, Cooper —escuchar el nombre de Cooper en sus labios le hizo recorrer una agitación por su espalda—. Pero si quieres detenerlo, me necesitas.

—Vamos a cambiarnos —dijo Shixed y sabía que se refería a todos menos a Cooper.

—¿Qué? —Esto tomó a Cooper de sorpresa.

—¿Creíste que tú ibas a ser el único con un uniforme así de ridículo? —La voz de Murphy estaba llena de diversión mientras iba yendo hacia la salida.

—Es muy táctico, déjenme decirles —Cooper intentaba defenderse—. Ese no es el punto, ¿de dónde sacaron trajes?

—No son muy tácticos que digamos —Phemphit se encogió de hombros.

—Solo es ropa para hacer gimnasio —decía Shixed mientras caminaba hasta la habitación de Cooper.

Extrañaba un poco el hecho de que su habitación, era su habitación.

—Pronto les mandaré unos uniformes, si quieren.

Phemphit le sonrió y se fue detrás de Shixed.

—¿Te doy mi talla de una vez? —preguntó Chao con una media sonrisa.

—Tú aún no te lo mereces —de nuevo, esa batalla de miradas.

Cooper intentaba descifrar si debía confiar en él o si debería hacerle caso a su instinto.

Ya no importa, si decidía traicionarlos, ya tenía un plan de contingencia, tal como Jeff le había enseñado. Debía trabajar en sus problemas de confianza.

Cooper decidió abrir su laptop que estaba en la mesita de café frente al sofá. Chao se sentó a su lado respetando su espacio, ya que le parecía un poco incómodo aún estar hombro a hombro.

La primera en acercarse fue Shixed con unos pantalones negros y una camisa negra con cuello de tortuga, sus zapatos eran unos tenis negros y usaba por encima una gabardina de color azul marino. Tanto negro en ella no le sorprendía.




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