Le tomó un día a Eros decidir que hacer con el problema de los escudos, en ese tiempo, había hecho que Midory los creará y deshaciera, a veces le pedía intentar algo nuevo, pero terminaban en fracaso.
Aunque no todo fue malo, se descubrió que la joven podía cambiar la posición de los escudos de vertical a horizontal, pero no moverlos, el mayor sabía que algo se podía hacer con eso, sin embargo, su interés era eliminar sus defensas, algo que él terminó por considerar imposible, por lo tanto, decidió medir el límite que Midory tenia para contener sus escudos.
Después de varias pruebas, se determinó que ella podía mantener 20 en su cuerpo, si aumentaba el número su rendimiento bajaría.
La joven explicó que su cuerpo se sentía más pesado, su concentración era difícil de sostener y algunos movimientos eran torpes.
Con ayuda del mayor, la joven se acostumbró a la sensación pasando ese día entrenando.
A veces Eros comprobaba la resistencia de Midory con los escudos, aunque no era seguro, parecía ser posible aumentar los números, la joven decía que no se sentía cansada si agregaba dos o tres más.
Pasado otro día, su maestro ya había terminado sus experimentos, anotando toda la información en su libreta.
Era momento de avanzar con el entrenamiento.
"Hoy te enseñaré la primera técnica especial, se llaman maniobras fisicas, aprenderlas es fácil, pon atención" Midory y su maestro estaban debajo de las hojas de un gran arbol, el mayor estiró su cuerpo.
Con un salto las manos de Eros se agarraron de una rama, balanceándose empezó a contorsionar su físico de un lado a otro, la menor miraba anonada como el cuerpo del hombre se movía de rama en rama sin romperlas, apenas conciente de lo que hacía su maestro llegó a la cima sosteniéndose de la punta del árbol con una mano, hizo un gesto de saludo antes caer de un salto, el polvo cubrió los alrededores cuando aterrizó.
"Lo que acabas de ver es la capacidad de mover tus músculos a voluntad, esto te da mucha resistencia y agilidad, es útil para desconcertar a los enemigos" comentó el mayor sonriente, Midory se quedó en blanco pensando en una posibilidad.
"¿No querrá que haga eso verdad?" preguntó asustada la joven, el mayor posó una mano en el hombro de su disicipula, el rostro de la menor reflejaba miedo.
"Es tu turno, quiero que subas hasta la punta y regreses, cuando lo hagas llámame, estaré probando las otras técnicas que voy a enseñarte" dejandola sin respuesta, el hombre se fue.
La menor observó el árbol.
"No lo subiré" se dijo a si misma Midory, invocó un escudo y se sentó en el, mientras jugaba con sus pies la joven suspiró.
"Pero debo hacerlo" pensó para si, volvió a mirar su objetivo con pesar.
"El maestro me dijo que subiera, pero el sabe que soy mala en actividades físicas, entonces, ¿qué quiere que haga?" meditó levantándose, puso sus pies arriba de su escudo, creó varios a su alrededor y empezó a caminar encima de ellos pensando en como cumplir su objetivo, después de varios minutos se detuvo abruptamente, vió el reflejo de su cuerpo en aquel panel rosa y una idea surgió en su mente, lo consideró un momento antes de asentir.
Eros estaba probando una técnica de control cuando escuchó la voz de su discípula llamarle, su rostro se contrajo en rareza.
"¿Tan rápido?" Pensó el regresando con la menor.
Cuando se fijó en dónde estaba la joven, su cara paso de la sorpresa a felicidad.
"¡Mire maestro!, ¡lo logré!, ¡llegué a la cima!" decía Midory sonriente, sus pies flotaban en el cielo, sosteniéndose de un escudo traslúcido.
"Baja de inmediato, tenemos que hablar" su discípula hizo caso, creó una escalera hecha de panela rosas y bajo caminando, cada paso que daba hacía que la sonrisa en el mayor aumentará.
Estando ambos juntos, Eros señaló sus escudos.
"Tu técnica es defensiva, la usaste para subir hasta allá, ¿sabes lo que hiciste?" Dijo el mayor con orgullo, Midory pensó un momento antes de responder.
"¿Un dominio?" comentó ella dudosa, Eros no pudo evitarlo y acaricio la cabeza de su discípula.
"Correcto, acabas de crear un dominio, una forma de usar tu técnica que solo tu puedes hacer, bien hecho, sabía que lo lograrias" esas palabras dejaron en blanco a la menor, sus ojos se contrajeron en lágrimas, las limpió mostrando una sonrisa.
Eros tenía una expresión cálida, él había planeado ese escenario para darle confianza a su discípula, sabía lo duro que Midory se trataba, siempre exigiendose mucho sin tener resultados de los cuales estar orgullosa, debido a eso, quiso darle algo de lo cual pudiera confiar.
La menor lo entendió, sabía que todo había sido planeado, no obstante, eso no bajo sus ánimos, el haber cumplido una de las espectativas de su mentor era suficiente para ella.
"Gracias maestro, por confiar en mi, cuando me dijo que subiera, pensé que había olvidado mis defectos, pero al pensarlo mejor, supe que no era eso, "sube hasta la cima" usted comentó, en vez de "haz lo que yo hice y sube", suena a jugar con sus palabras, sin embargo, aprendí de usted que las cosas nunca salen como uno quiere, pero no significa que no haya otras formas de hacerlo, con eso en mente, use mis escudos como escaleras, pensar que estaría creando un dominio en ese momento, no puedo evitar alegrarme" habló la joven con sentimientos encontrados, Eros vio a través de las palabras de su disculpa y comprendió algo.
"Ella no solo aprende cuando le enseño, también lo hace cuando hablamos y bromeamos , pensar que mis esfuerzos le servirían de ejemplo" sus pensamientos se profundizaron, algo dentro del mayor se movió, Midory no lo sabia, pero desde ese momento su maestro había empezado a verla como alguien especial en su vida.
Ambos se sumieron en un silencio reconfortante hasta que decidieron continuar.
"Entrenemos tu dominio" la menor asintió a las palabras de su maestro.
Por órdenes del mayor, la joven subió con sus escudos hasta alcanzar los dos metros.