Te sueño besándome, tomándome de la mano. Te sueño mirándote a los ojos, donde todo se detiene, solo existes tú. Te sueño sonriéndome, acariciándome el rostro con delicadeza, como si temieras lastimarme. Te sueño besando mi frente, pero solo es un sueño, un anhelo y no una realidad.
La realidad es que aunque me gustaras, lo negaría; el miedo me consume, tengo miedo de amar, no lo acepto. Nada más es un sueño, un deseo, pero la realidad es otra.