Miedo a la verdad

Capítulo 12

Andres se encontraba sentado en su celda mirando unos libros de fotografías que

Manuel consiguió que le permitieran traer, no era lo mismo que tener la cámara de

fotos que tanto amaba y ansiaba tener en sus manos, pero, al menos podría distraer-

se con ellas y lograr que los segundos que pasaba allí no fueran interminables. Joa-

quín también consiguió que le dieran un block de hojas y un par de lapiceras, estaba

pensando escribir sobre sus días en prisión.

Cuando cada uno se concentraba en su actividad, sólo se escuchaba el ruido del si-

lencio, ninguno de los dos emitia un sonido, pero, hablaban sus ojos, sus gestos, la

desesperanza compartida.

Luego, uno de los guardias abrió el calabozo y le gritó a Andres que saliera que tenía

visitas, Andy salió y caminó junto al hombre que lo llevó hasta el lugar donde lo espera-

ban, allí estaba Manuel sonriente, tratando de que esa sonrisa no reflejara la angustia que

apretujaba su corazón, se abrazaron.

_ hola amigo, contame como sigue la vida fuera de estas rejas

_ todo sigue igual, el mundo sigue girando, pero, seguro que deben extrañar tus magnífi-

cas fotografías, pero, vos Andy como te sentís?

_ cada vez peor, con menos esperanzas, necesito respuestas y sólo tengo preguntas

_ todavía no vino tu abogado a decirte que es lo que va a hacer

_ no, aún no sé si va a tomar mi caso, esta incertidumbre me vuelve más loco, pronto voy

a tener que declarar ante el juez, espero que decida pronto, quizás mi caso le parezca po-

co interesante o tal vez entiende que no podré pagar sus abultados honorarios

_ no te preocupes por los gastos, ya debe saber que no sos un hombre acaudalado y de

todas maneras vino a verte, pero, si realmente quiere cobrarte una fortuna, para que es-

tamos los amigos, entre todos juntaremos el dinero para pagarle

_ te agradezco Manu, pero, sabés muy bien que nunca me gustó que nadie pague mis

deudas

_ vamos, no seas terco, es un caso excepcional y deberías ser más flexible, hablando de

otro tema, me llamó Melina Berón

Andrés pensó en Melina era la boocker de la agencia de modelos, una mujer agradable,

siempre tenía una sonrisa para regalar y una palabra de aliento al que lo necesitara, se

encargaba de las chicas, siempre encontraba algún talento, alguna muchacha que tenía

las virtudes necesarias para triunfar, era la intermediaria entre las modelos y los diseña-

dores, también hablaba con los coiffers, las maquilladoras y vestuaristas para que todo

salga a la perfección, después que encontraba el perfil de cada modelo, se las encomen-

daba a Andrés para que las fotografiara y las lanzara a la fama, pocas veces se equivoca-

ba, era intuitiva y conocía bien su trabajo.

Cuando ella conoció a Carla, enseguida se dio cuenta que podría llegar lejos en su ca-

rrera, siempre y cuando se esforzara, tenía un rostro interesante, y una figura esbelta,

pero, le faltaba ese angel que veía en otras muchachas, Melina aceptó el desafio y confió

en ella y fue Andrés quien terminó de convencerla, hacía años que trabajaba con la boo-

cker, él sentía algo especial por ella, pero, Melina se enamoró de otro hombre y pronto se

casó con él. Andrés al principio se sintió frustrado, aunque de todas maneras fue a su

boda con Nicolás, la vio radiante y se emocionó de verla tan dichosa.

Después se enamoró de Carla y siguió siendo amigo y confidente de Melina, aunque un

tiempo después, ella cambió de actitud hacia Andrés, habían pasado dos años desde su

matrimonio y él notaba que  Melina trataba de eludir temas personales, sólo hablaban de

trabajo y ya no se reunian como antes.

_ como está Melina, que dice de todo esto, me cree culpable como todos

_ no, ella cree en tu inocencia, como yo, como tu hermana, como todos los que te cono-

cen y te quiere, me dijo que si vos estabas de acuerdo quería venir a verte

_ no sé, hermano, no creo que este sea el lugar adecuado para recibirla, no estoy en mi

mejor momento y me siento un perdedor, las personas que amo se me van de las manos,

mis padres, Carla

_ pero, vamos viejo, este no el Andrés que conozco de toda la vida, sé por el momento

que estás pasando, aunque siempre le diste duro a las dificultades

_ creo que ese Andrés ya no existe, me quitaron mi libertad, mi vida, quedé sin mi mujer,

estoy exhausto

_ yo creo que te haría bien ver a Melina, estoy seguro de que te va a levantar el ánimo

_ bueno, lo voy a pensar y veo si me animo a recibirla, pero, decime como anda el estu-

dio, deberás estar tapado de trabajo, aunque Lucas parece ser un buen abogado y cola-

borador no es cierto?

_ así es, a pesar de ser un loco lindo, es muy eficiente en el trabajo y cuando entra al es-

tudio deja afuera esa vida acelerada que lleva, ya sabés, mujeres, boliches, durante el fin

de semana para él sólo existe la noche, es un muchacho joven y sin compromisos, pero,

el lunes es el abogado serio, confiable y puntual que me enorgullece que trabaje conmigo

_ viste o hablaste con mi hermana

_ no, sabés que los dos estamos complicados con los horarios y no nos hemos comunica-

do

_ me gustaría que venga a verme, a pesar de que muchas veces pasaban días sin

vernos, siempre sabíamos el uno del otro, pero, ahora la extraño, necesito sus consejos y

sus palabras cariñosas, su alegría me levanta el ánimo y me hace sentir mejor

_ si hablo con ella le voy a decir cuánto la extrañas

_ no, dejála, debe estar ocupada con sus estudios, su trabajo y tratando de convencer al

doctor Ocampo de que se haga cargo de mi caso



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En el texto hay: intriga y romance, suspenso

Editado: 19.03.2022

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