Miedo a la verdad

Capítulo 37

Cuando salieron de la casa del director de películas porno, estaban molestos, sin saber

como iban a continuar, pero, estaban convencidos de que encontrarían nuevas pistas

para encontrar al hombre de la cicatriz.

Era de noche y estaban hambrientos, decidieron ir a cenar a un restaurante, tenían

gustos diferentes a Charly le gustaba la comida china y Gitano era vegetariano, encon-

traron una casa de comidas, tipo tenedor libre, donde vieron que podían elegir lo que a

a cada uno le gustaba, comentaron en voz baja, lo ocurrido en el estudio de Carlos y tam-

bién sobre las próximas acciones, tenía poco tiempo para encontrar al culpable del crimen

Charly quería saber la verdad y también estaba decidido a no defraudar a su amigo, aun-

que no conocía a Andrés en persona, sí, por los comentarios de Manuel, y también creía

en su inocencia.

Terminaron de comer, salieron del lugar y subieron al auto de Gitano, quien llevó a Charly

hasta su casa y él se dirigió a la suya.

Charly después de una noche en que le costó conciliar el sueño, cosa inusual en él, se le-

vantó temprano, se bañó, se vistió con ropa cómoda, un jean negro, un poco gastado y

una remera de manga larga color natural, fue a la cocina tomó un café solo, comió un

par de bizcochos de grasa, se puso una campera, porque aún hacía frio y salió, tenía que

ir a ver a Nico el hijo del portero donde vivía Andrés, condujo hasta el edificio donde traba-

jaba, eran algo más de las ocho de la mañana, había mucho tránsito, la gente caminaba

apurada, algunos para llegar a horario a su trabajo, muchas madres llevando a sus hijos

al colegio, los comercios aún estaban cerrados.

Llegó cerca del edificio de la calle Tucumán, guardó el auto en una cochera y se dirigió a

pie hasta el lugar, era un inmueble de diez pisos, Charly se acercó a la puerta de entrada,

vio a un joven robusto, detrás de un mostrador, le hizo señas para que le abriera, el mu-

chacho se acercó y le abrió la puerta.

_ sos Nico, el hijo de Anibalito, verdad?

_ y usted es el detective al que le gusta hacerse el gracioso

_ muy astuto, me leíste el pensamiento o tuviste una premonición

Nico se puso serio

_ de qué quiere hablar conmigo

_ si hablaste con tu padre, te habrá dicho que quiero saber si el día que lo reemplazaste,

que fue el día del crimen de Carla, escuchaste o viste algo que llamara tu atención

_ ya hablé con el idiota del policía que vino a verme y le dije todo lo que sabía

_ pero, yo no soy policía y tampoco un idiota, por qué no me contás a mí también, soy

bueno escuchando y no soy chismoso

_ no me causa ninguna gracia y tengo mucho trabajo, tampoco tengo obligación de ha-

blar con usted, pero, como soy bueno lo haré, y luego váyase

_ pero, parece que ni vos, ni tu viejo, me tienen paciencia, quieren que desaparezca ya,

como el conejo del mago, de acuerdo chico bueno, sólo quiero que contestes a mi pre-

gunta y luego cumpliré tu deseo

_ voy a repetirle lo mismo que ya conté, pero, es la última vez, si quiere saber algo más,

tendrán que citarme a la comisaría

_  de acuerdo respondé de una vez y te dejo tranquilo

_ mi testimonio no es importante, no escuché el disparo, ni siquiera algún ruido extraño,

tampoco vi nada raro ese día

_ viste entrar a Carla al edificio?

_ sí, claro que la vi entrar, como a todos

_ te acordás, que hora era

_ y serían, como las doce de la noche

_ entró con alguien

_ no, entró sola, como no recordaba haberme visto me preguntó quien era, le expliqué

que estaba reemplazando a mi papá en la portería, me saludó y se fue a tomar el

ascensor

_ pero, y vos como supiste quien era?

_ papá me describió a algunos propietarios del edificio y me dio una lista con sus nom-

 bres, de todas maneras a Carla y al señor Andrés ya los conocía, de cuando venía a

visitar a mi viejo

_ viste entrar al señor Andrés?

_ sí, lo vi, pero, no me preguntó quién era, porque ya me había visto otro día y estuve

hablando con él

_ a qué hora entró Andrés?

_ serían las dos de la madrugada

_ lo viste bien o te pareció que había bebido

_ yo lo vi como siempre, pero, no le hice soplar para saberlo con certeza

_ ahora, vos te hacés el gracioso, decime desde que hora y hasta que hora estuviste

en la portería esa noche

_ entré a las seis de la tarde y me quedé hasta la seis de la mañana

_ pero, como te las arreglaste para saber quienes entraban al edificio, porque con lista

y todo, no siendo el encargado titular se te habrá complicado

_ le voy a decir la verdad, pero no se lo cuente a nadie debajo del mostrador, tengo una

bola de cristal y así pude descubrir a todos

_ no quieras pasarte de listo, payasito, y contestáme lo que te estoy preguntando o le

cuento a papá _ ironizó Charly_

_ oh, pero, creí que tenía sentido del humor, bueno, fue fácil y simple a los que conocía

los dejaba entrar sin más, y a los que no, les preguntaba el nombre y a que piso iban, y

lo comprobaba con la lista, si era un visitante, a quien iba a ver y a que departamento

_ de acuerdo, viste a alguien que no conocías o que te pareció sospechoso

_ no, ya dije que no vi nada raro, todos los que entraron y no conocía contestaron a mis

preguntas

Charly desde hacía unos días tenía una corazonada, pero, no la comentó, ni siquiera con

Gitano, porque él mismo no comprendía por qué le hacia ruido, él lo llamaba intuición, por

eso había conseguido la fotografía, era una foto del doctor Antonio Ocampo, cuando salía



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En el texto hay: intriga y romance, suspenso

Editado: 19.03.2022

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