Cuando Manuel llegó a su casa, se quitó la chaqueta, y se sentó a pensar en todo lo que
había conversado con Amalia, le conmovía el relato de la mujer, y al mismo tiempo sentía
una rabia profunda contra el doctor Ocampo, nunca hubiera imaginado que fuera esa cla-
se de bestia, aún no lo podía entender, no daba esa imagen, cuando se presentaba a dar
sus clases magistrales en la Universidad.
Al cabo de un rato sintió hambre, se dio cuenta de que no había probado bocado desde
el desayuno, sólo el café que le sirvió Amalia, fue a la cocina, abrió la heladera, sacó
unos huevos, un poco de queso fresco y algo de jamón que le había quedado y se pre-
paró un par de omelettes, se sirvió agua mineral sin gas, se sentó a la mesa de la coci-
na, comió, lavó los platos, no le gustaba dejar nada sucio, ni desordenado, después fue
al living a tomar café que tenía preparado en el termo, y a mirar un rato la tele, pero,
estaba muerto de sueño, después de unas cuantas cabeceadas, se levantó y se fue a
acostar.
Había dormido bien, relajado, después de varios días de insomnio, se levantó temprano,
se duchó, se vistió, se puso un traje gris, que le sentaba muy bien, era uno de los muchos
que usaba para ir a trabajar.
Llegó al Estudio, ya estaba Lucas, pero, July aún no había llegado, Manuel estaba indig-
nado, no podía dejar de pensar en todo lo que había conversado con la ex esposa del
profesor, también estaba preocupado por Isabella, pero, no quería comentarlo con Lucas,
no es que no confiara en él, creía que era un tema que debía analizarlo solo, por ahora,
se lo contaría a Charly, también sentía ganas de hacérselo saber a Isabella, aunque sabía
que la joven no creería en su palabra, le diría que no se meta en sus asuntos.
Así estaba absorbido por sus pensamientos, cuando se le acercó Lucas
_ que pasa Manuel, estás bien? o es que no dormiste bien anoche
_ no, por el contrario, dormí mejor que nunca, como un bebé, es que estaba pensando en
Andrés, y en todo lo que está pasando
_ sí, claro, me imagino, pero, pudiste ver más claro, sacar algo en limpio de todo esto
_ en eso estamos con Charly, aunque, todavía, no llegamos a una conclusión determinan-
te, creo que algo vamos a descubrir para liberar a Andrés de este embrollo
_ por supuesto, ah, quería contarte que se resolvió lo de Abel García
_ en serio, decíme qué pasó?
_ después, que me enteré que Agustín usaba drogas, decidí ir a hablar con él, está
estudiando en la facultad, es decir está haciendo el C.B.C., quiere ser Contador Público,
decidió hacerlo en la Universidad pública, lo esperé en la puerta del centro de
estudios, sabía a qué hora salía, me acerqué, me presenté le dije que era el abogado de
su amigo Abel, me contestó que le apenaba lo que había pasado en su fiesta, pero, que
no era su amigo, ni lo había invitado a su casa, le hice creer que los habían visto juntos en
más de una oportunidad, aceptó que lo había visto y hablado con él, pero, siguió insistien-
do en que no le dijo que viniera a la fiesta, que entró sin autorización aprovechando que la
puerta estaba abierta, cuando entraron algunos amigos. Decidí ir directo y plantearle lo
que había averiguado, lo de las drogas y que creía que él había robado el dinero a sus
padres, cuando estos descubrieron que les faltaba el dinero, inventó que no había invi-
tado a Abel, cuando sí lo había hecho, con la única intención de echarle la culpa, si algo
salía mal, el muchacho no es un delincuente, sino un adicto, así que no aguantó la pre-
sión y me dijo la verdad, retiraron los cargos, Abel recobró la libertad, y los padres deci-
dieron que su hijo debía ir a rehabilitación.
_ bien Lucas, sabía que podías hacerlo solo, pero, me ausento un par de días, y resol-
vés un caso, si te dejo más tiempo solo en el Estudio, me dejás afuera _ se rio Manuel
_ y bueno, es el deber del alumno tratar de superar al maestro _ rieron los dos
En ese momento entró July, saludó a los dos y se puso a trabajar, ambos abogados la
imitaron
Manuel se concentró en el expediente de un cliente, miraba fotografías, leía datos, y
cuando miró la hora, ya era el mediodía tenía hambre, a veces iban a comer a un
restaurante, cerca del estudio, era más bien un bodegón, pero, les encantaba el lugar,
servían unas porciones abundantes que compartían, además les gustaba la atención del
lugar, eran amables y respetuosos, el ambiente no era malo, bastante variado, abogados,
oficinistas, pero, días como éste, en que no podían parar, porque había mucho trabajo,
July llamaba para que trajeran algo rápido para comer en la oficina.
Manuel y Lucas pidieron sanwidches de milanesa completa, July optó por uno de jamón,
queso y tomate, para beber, una gaseosa grande para todos.
A las seis de la tarde, estaban agotados, había sido un largo día, por lo general Lucas y
July, se iban a las siete, Manuel se quedaba un rato más, pero estaba cansado, deci-
dió llamar a Charly, no estaba seguro, si era importante para el caso, todo lo que había
descubierto, pero, sentía que debía revelarlo.
Enseguida, lo atendió Charly, Manuel le dijo que quería verlo, ya que tenía algunas cosas
que contarle, el detective, le contestó que fuera para la agencia, que él también tenía al-
gunas novedades importantes.
Manuel se despidió de Lucas y de July, salió del edificio, caminó las cuadras, que lo se-
paraban del estacionamiento, subió a su automóvil y se dirigió a la agencia de detectives,
llegó al edificio, era una propiedad antigua, subió por el ascensor, hasta el departamento