Miedo al fracaso [2º parte]

Capítulo 17

Ashley

—Ni se te ocurra, Heidi—la mano de Dash estaba en mi cintura sujetándome con mucha fuerza.

—Déjame—me zafo de su agarre, pero coge mi brazo con demasiada fuerza—. Dash, suéltame.

—No, tú eres mía y no de ese mierdas—mata a Logan con la mirada.

—¡Yo no soy de nadie! ¡No soy tuya, no soy de Logan y nunca seré de nadie!—le grito, pero ni se inmuta—¿Qué ha pasado con el Dash que yo conocía? ¿Dónde está?

—A lo mejor es que nunca ha existido—me dice con asco.

—Pues puede ser que tu Heidi tampoco sea la que piensas—le escupo en la cara—. Eres una mierda de persona.

—No te lo voy a negar—la mirada siniestra que me da hace que mi cuerpo se estremezca.

—Quiero que me dejes—le digo con decepción. Su reacción me la esperaba de otra persona, pero no de él.

Su mirada se ha convertido en capas de cristal, llena de un odio profundo a la persona que está justo en frente de él. Logan se acerca cada vez más con una mirada sádica. Dash no va a poder hacer nada contra esa bestia aniquiladora, nacida para matar.

—Vamos, fiera. ¿Te vas a dejar domar con este gilipollas? ¿Por alguien que no te merece? Demuéstrale de una puta vez lo que vales—Logan se coloca a mi lado, pero Dash le da un empujón que lo manda lejos.

—¡Deja de ligar con mi novia!

—Me dais asco los dos—les grito. Señalo a Dash—. Tú por decir esas gilipolleces y no confiar en mí—me doy la vuelta y señalo a Logan—y tú por manipularme y amenazarme con cosas que en realidad me importan. Así que iros los dos a la puta mierda.

Me doy la vuelta y salgo del lugar a que me dé un poco el aire. Odio cuando se ponen posesivos. Isa se posa a mi lado, cogiéndome de la mano y diciendo que nos fuéramos a casa.

—Es lo que más quiero ahora.

***

Son las tres de la madrugada y no he pegado ojo todavía. Isa se durmió una vez que se tiró a la cama, yo me quedé en el salón viendo la teletienda. Un sonido como el del ataúd de Drácula inunda mis oídos. Me levanto deprisa para esconderme detrás de la puerta del baño. ¿Por qué no había cogido la puta navaja? Idiota, idiota, idiota.

Una sombra se mueve con seguridad y sin hacer ruido alguno. Mi oído capta un suspiro de resignación, no sé si serán ronquidos de Isa, pero me da a mí que no. Me asomo un poco, pero no veo a nadie. Mi corazón, debajo de la lengua, está que se sale. Me crujo los dedos para repartir puñetazos a diestro y siniestro. Aquí va a haber mucha sangre.

Salgo del baño, pero su mano está en mi boca, impidiéndome gritar o pedir ayuda, la que no necesito.

—¿Qué haces aquí?

—Pedirte perdón—besa mi frente—. Lo siento, enserio, no debí tratarte así. Sabes que yo te quiero—le faltaba llorar.

—Dash, no quiero que me lo vuelvas a hacer nunca. Si quisiera te hubiera dejado, pero no quise porque te quiero.

—Yo también te quiero, Heidi. Me puse nervioso y…

—¿Enserio piensas que tendría algo con Logan estando contigo? La única persona de la que estoy enamorada eres tú, y deja los celos y los dramas para nunca, por favor.

—¿Me juras que no lo harás?—preguntó con la ternura que hizo que me enamorara.

—Te lo juro—se lanzó a mis brazos ante mi respuesta. Por muy enfadada que estuviese, no podía negar un abrazo de mi novio—. Pero no vuelvas a desaparecer, por favor.

—No volverá a pasar.

Logan

Me saqué del bolsillo las llaves del coche.

La llamé millones de veces, pero no contestó.

Esa todavía no se ha enterado de quién soy.

Saqué mi navaja para matar.

—No me hagas daño, por favor—me suplicó.

—Ni te molestes, solo espera. Ya vendrá.

—¿Quién va a venir?—pregunta la niña inocente.

—Es una sorpresa.

—Dímelo—se impacienta.

—No, entonces no se llamaría sorpresa, niña.

Le hice una foto y se la mandé a Ashley, que me llamó en un abrir y cerrar de ojos.

—Ven ya si no quieres que tu hermanita muera de la peor manera posible—se escucharon sollozos desde su móvil, pero no dijo nada.

Colgué la llamada, y en cinco minutos, tiran la puerta abajo. El estruendo hace que la niña se asuste. El llanto de la niña me estresa, así que salgo fuera a recibir a mi invitada.

—Buenas noches, fiera—me burlo. Ella viene hecha una furia.

—¡¿Dónde está?!—me grita con ganas—¡No estoy para bromas, Logan! ¡Dime dónde está mi hermana!

—Búscala.

Ni me contesta, corre hacia mi habitación y sofoca un grito al ver a la niña atada a la pata de mi escritorio. La niña de cuatro años duerme profundamente. Ashley se sienta a coger a la niña entre sus brazos y acariciarle el pelo mientras Alyx duerme en los brazos de su hermana.

—Desátala ya—me ordena.

Yo lo hago sin rechistar. La niña pasa los brazos por el cuello de su hermana, que esta la estrecha con fuerza. Creo ver una lágrima caer por su mejilla, pero lo disimula muy bien cuando esconde su cara en el cuello de la niña.

—La llevaré a su casa—dice después de haber salido por la puerta.

—Te acompaño.

—No. Tú te quedas aquí, no quiero más desgracias—me mira con asco.

—No son desgracias, son avisos. Como no me vuelvas a coger el teléfono…

—¡No me jodas!—se calla cuando la niña se retuerce—Vete a la mierda.

Sale a paso ligero y monta a la niña en el coche de atrás. La pone almohadas que saca del maletero y cien mantas de osos

Se pone el cinturón y arranca el coche, saliendo rápido de la calle. Cojo las llaves de la moto y la arranco para seguirla a lo lejos.

Se mete por un desvío que no conozco, pero la sigo igualmente. Llegamos al lugar donde vivió su infancia. Aparcó el coche delante de la casa en la que nos colamos y llamó al timbre.

Coge a su hermana y le da un beso en la mejilla al borde del llanto. La puerta se abre y veo a su madre destrozada porque su hija menor no está. Ashley le dice que la ha encontrado en la puerta de su casa y sus padres se lo agradecen con la vida.



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En el texto hay: asesinatos, amor, suspenso

Editado: 25.07.2023

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