Somos como el sol y la luna, dos almas en la vastedad, destinadas a perseguirse, en una danza de eternidad. En el cielo estrellado,nos buscamos sin cesar,pero nuestras trayectorias nunca podrán coincidir jamás.
El sol brilla en radiante, con su luz deslumbrante y ardiente, mientras la luna, serena, en la oscuridad se hace presente, Ambos buscamos el encuentro,en un anhelo profundo,pero nuestras esencias, distintas,nos separan en el mundo.
El sol,con su fuego, ilumina el día con su esplendor, mientras la luna,con su suavidad, se alza en el manto de amor. Son polos opuestos, que se atraen con fuerza y pasión, pero siempre condenados a una eterna separación.
En cada amanecer, el sol persigue a la luna en su esplendor, pero cuando ella emerge, él se oculta con dolor.
Así, en un eterno juego cósmico, danzamos en el firmamento, siempre cerca, pero nunca juntos, en este destino inclemente. Somos como el sol y la luna, en un eterno juego de encanto.