Faltaban tan solo 5 días para la fogata que organizaba la escuela y siendo complemente honesta, era lo último que tenía en mi mente.
Tal vez el hecho de no tener con quien ir hubiese sido la razón principal de mi falta de entusiasmo, pero iría de todas maneras.
Algunos se tomarían el atrevimiento de llamarme masoquista. Otros cínica.Yo solo quería estar una noche fuera de casa y evitar así las caras de pena de parte de mis padres porque no había conseguido cita para esa noche y mi hermana sí.
-Qué debería ponerme?-preguntó Jeremy mientras caminábamos por el shopping.
A veces tenía la leve sospecha que mi querídisimo mejor amigo tenía dentro suyo a una pequeña mujer, ya que pasaba casi la misma cantidad de tiempo que todas las chicas que conocía , parado frente a un espejo, arreglándose el cabello y sabía , porque lo había visto más de una vez , que preparaba con cuidado la ropa que se pondría al otro día.
-Esto-dije mientras agarraba un traje morado.-Esto te quedaría bastante bien. Asentaría tus… rasgos.
Puso los ojos en blanco mientras regresaba el horrendo traje a su lugar.
-Lo haré.Te juro que algún día usaré esa cosa.Sea lo que sea.
-En serio?-lo miré ilusionada.
-Claro, el día que pierda el juicio y la poca sanidad mental que me queda.
-Ya te dije yo que tantas películas de ciencia ficción te volverían loco.
-Por qué dices eso? Soy una persona completamente cuerda.
-Claro.Porque usar calcetines de R2D2, es de gente sumamente normal,cuerda y sobretodo madura.
-Hablas sobre esto?-señaló hacia sus pies-Tienes que admitir que son demasiado geniales.
-Si…seguro.Lo que digas.
-Vamos.Son los mejores que has visto en tu vida-podía notar el orgullo en su voz.
-Quieres que sea honesta?
-Siempre he querido eso de ti.
Vaya estaba en problemas. Porque si debía ser honesta , tenía que decidir porque parte empezar.
Y debía decidir que tan honesta quería ser.
Le contaba que estaba enamorada de él.
Le contaba que estaba increíblemente celosa porque iría no solo a la fogata, sino que también iría a la fiesta de graduación con mi ex mejor amiga y ahora peor enemiga,Raven.
O fingía que por ser honesta se refería a que hablara sobre sus estrambóticas calcetines.
-Sobre tu mala elección a la hora de elegir esas cosas o sobre qué?
-Sobre ellas-señaló hacia sus pies.
-La verdad es que son horribles-su cara mostró desilusión al escucharme decir eso-Pero…
-Pero?
-Eres la única persona a la que conozco que una cosa así le quedaría bien.
Una gran sonrisa apareció en su rostro, haciendo que inmediatamente una apareciera una similar en mi rostro.
-Ves? Esa es la honestidad que estaba buscando.-se giró dándome la espalda, dándome una buena visión de su espalda.
Dios , esa espalda. Había sido una de las primeras cosas de las que me había fijado en él cuando lo conocí.
Agarró de un perchero una camisa con dibujos extraños y un pantalón negro junto con una chaqueta de cuero.
-Algo así estará bien?
-A ver ponlas juntas-respondí , girando mi cabeza como hacían las personas que trabajaban en los programas de televisión que trataban sobre moda.
Evalué e intenté imaginar cómo se vería ese conjunto sobre su cuerpo y no pude hacer otra cosa que sentir envidia por Raven.
Ella sería la que podría disfrutar de Jeremy en todo su esplendor.
Mientras yo miraría desde las sombras.Como siempre había hecho desde que lo había conocido.
Si esto se tratase de una serie de Netflix, seguramente yo sería la acosadora, esa a la que el protagonista le tendría miedo y bajo ningún término se acercaría a ella.
Pero por suerte Jeremy había visto algo completamente diferente en mí.
Era como si pudiese ver en mí algo más. Algo que las demás personas no hacían.
Para los demás era la ñoña, la que pasaba su tiempo inmersa en libros, que llevaba consigo para todos lados un cuadernos en el que escribía vaya a saber uno qué cosas.
Pues yo sabía que cosas escribía allí.
Escribía todo lo que se pasaba por mi cabeza,era como una suerte de diario íntimo, solo que en él, no hablaba de mí misma en primera persona.
Simplemente me transformaba en alguien más. En otra persona.En muchas en realidad y todas ellas eran distintas a quien era yo en realidad.
Cuando me ponía a escribir, dejaba que mi imaginación volara, y la chica insegura, tímida y cohibida que en realidad era , desaparecía , para transformarse en una mujer fuerte, segura de ella y que conseguía todo lo que quería en la vida.