La mañana llegó, y para la suerte de ambos, era su día de descanso.
—¿Qué te gusta desayunar? —inquirió ella, desde la cocina.
Llevaba su camisa puesta, y solamente sus bragas. Zed la admiraba desde la cama, con cara de perro a medio morir.
—Huevos está bien —dijo.
—Mi madre llega a las dos —comentó ella, sacando huevos y tocino de la nevera—, le caerás bien.
Zed sintió un hueco.
—¿Me presentarás a tu madre? —escudriñó, extrañado.
Isis asintió, moviendo los huevos con la espátula.
—Le diré que eres mi novio —declaró—, pero no lo vayas a tomar en serio; solo es para que no me moleste más.
Zed asintió, no le quedaba de otra, de todas formas.
…
Su madre le había dejado varios mensajes, también Carlos, pidiendo explicaciones. Pero él estaba más preocupado por caerle bien a la madre de Isis.
Se duchó, incluso le prestó un cepillo de dientes; y cuando tocaron la puerta; él comenzó a sudar.
—Mamá —saludó Isis, dejando pasar una mujer mayor, con cabello corto y llenó de canas plateadas.
A decir verdad, podría ser su abuela, pensó Zed. Y después se sintió mal por juzgarla.
La mujer lo miró directamente, haciendo una mueca de extrañeza. Él le echó la mejor de sus sonrisas.
—Él es Zed, mi novio —comentó Isis, presentándolos.
Zed se puso de pie, dando un salto y le tendió la mano a su supuesta suegra.
—Mucho gusto —La señora le sonrió, y él creyó que todo estaba ganado.
—Pensé que te quedarías con un delincuente —aseguró la señora; y se tiró en el sofá.
Isis volteó la mirada, mostrándose molesta. Su mamá no era su mejor amiga y menos la más cariñosa con ella desde que tenía memoria. Aunque ya debía estar acostumbrada a todo eso, no podía, sus comentarios siempre la molestaban o la hacían sentir mal de maneras diferentes.
Caminó a su cama, y de la cajonera sacó un sobre blanco.
—Te he dado un extra para que le compres zapatos a los chicos —aseguró ella, guiñando un ojo. Su madre levantó la mano, pero Isis quitó el sobre—. Promete que les compraras zapatos.
La mujer hizo un ruido de desagrado. Los niños tenían su padre, pero era muy desobligado según contaba su madre, aparte de que ella era un poco amante de la bebida, Isis solo quería que los chicos no crecieran con carencias como ella, por eso siempre apoyaba en todo lo que pudiese.
—Lo haré, Isis, pero también compraré una botella, lo merezco.
Isis le tendió el sobre con dolor. Pero ya no podía sacar el dinero de todas formas.
Zed que estaba sentado a dos metros notó todo el movimiento. Y se percató de la forma de enojo en la que Isis miraba a su madre, y no pudo imaginarse nada más que fue una mala madre para ella.
Él no juzgaba gente sin conocerla, pero con el simple movimiento que vio en ese instante, se dio cuenta de muchas cosas. Y del porque Isis era así, diez minutos con su madre ya había podido descifrar algunos de sus males.
Su madre no bebió nada, no le dio las gracias y en menos de diez minutos salió del departamento. Isis respiró tranquila, y un nudo se le formó en la garganta cuando su madre cerró la puerta de un portazo.
—Ella es así —señaló de inmediato, como si supiera que Zed le haría una pregunta.
Él no dijo nada, aunque quería preguntarlo, quizá era mejor quedarse callado. Pero pudo notar lo golpeada que estaba su voz de ella al hablar.
—Hay una fiesta esta noche —habló sutilmente—, ¿vienes?
Isis movió los labios, y miró su departamento con anhelo.
—¿Con gente de clase? —preguntó.
Zed asintió, sonriendo.
Ella no estaba muy segura, no tenía nada bonito, y seguro no combinaría con nadie ahí. Pero creyó que sería bueno ventilarse un poco de su pocilga.
—Es para promocionar la línea de ropa de mi madre —explicó Zed, parándose para caminar a ella—, habrá ofertas.
Se arrepintió de inmediato de haber dicho eso; Isis asintió, y él notó que la había ofendido. No era bueno hablando, y tampoco haciendo sentir mejor a las personas, bueno, realmente nunca lo había ocupado, las personas que lo rodeaban eran altaneras y con suficiente ego como para ello.
—Iré un rato —habló ella, girándose para ir a su guarda ropa—, solo por las ofertas —bromeó, y ambos rieron.
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Editado: 25.04.2025