Nos empeñamos en que siempre salga bien, y no nos damos cuenta de que lo más importante es que simplemente ocurra. Una caricia, una media sonrisa, un leve apretón de manos, algo que aunque sea breve nos haga darnos cuenta de que es esa persona la que con un simple gesto te puede llegar a cambiar la vida, y mientras tanto tu solo esperas que dure... y que mientras dure sea eterno.