Mientras dure

Capítulo 2

No me podía estar pasando esto. Parpadee varias veces por si la vista me estaba fallando, mientras en mi cabeza iba intentando encontrarle sentido a lo que estaba ocurriendo frente a mí. De todos los lugares que fui descartando, ¿cómo es que el universo no me mando una señal acompañado con un cartel de peligro y unas luces de neón que me hiciera descartar este bloque de apartamentos?

Me sentía frustrada, frente a mi tenia a Aaron Hampson, el estúpido chico mujeriego y orgulloso de Aaron Hampson. Pero por si fuese poco eso no se acercaba ni una milésima al primero de mis problemas. Lo gracioso de todo esto resultaba ser que él había sido el mejor amigo de Alex desde que eran pequeños. Y como no; según me contaron tiempo después de que Alex y yo rompiésemos definitivamente, él había sido el artificie que lo había convencido de que saliese con Megan, mi antigua mejor amiga. Un bonito detalle ¿no?. Aun tengo grabado en mi memoria aquella escena tan vergonzosa que pase en el instituto, el modo en el que Aaron me había mirado con una expresión extraña en el rostro desde el otro lado de la cafetería del instituto la mañana en la que todos se enteraron que Alex estaba saliendo oficialmente con Megan.

¿Como podía sentirme tan frustrada en este momento?. Odiaba a este estúpido chico.

-Tenías que ser tu – me cruce de brazos -.

- No me digas que realmente eres tú - sonrió Aaron mientras se apoyaba en el marco de la puerta - ¿Me has seguido hasta aquí? ¿eres una de esas fans obsesivas que siguen a su ídolo a todas partes?

- Ni en tus mejores sueños Hampson -suspire -.

- Entonces, ¿Qué haces aquí? - murmuró con interés, al mismo tiempo que apoyaba su mano en su barbilla pasando el pulgar por su labio inferior -.

Como podía ser tan increíblemente sexy sin tan siquiera pretenderlo. Sacudí la cabeza. Elena, tampoco era para tanto, solo son esos ojos verdes que le hacen parecer un buen chico y que tienen engañadas a esas pobres chicas. Solo espero que de una vez por todas se den cuenta que solo es un imbécil más.

- Acabo de mudarme justamente a ese apartamento – señale en dirección a mi puerta- Solo quería presentarme a los vecinos, pero visto que eres tu...

- Así que por ese motivo había tanto revuelo esta mañana en las escaleras – comenzó a decir pensativo - estaba a punto de quejarme.

- ¿Quejarte? ¿Quien es la persona que ha tenido la música a todo volumen esta mañana sin importarle nada? - le pregunte apretando los puños -.

¿Cómo podía hacerme enfadar con tanta facilidad?

-Vale fierecilla, calmate – se burló Aaron – ¿Sabias que a cierta edad es malo enfadarse tanto? las arrugas comienzan a salir y ya no hay marcha atrás, como esa que parece estar naciendo en tu frente.

-Eres insufrible – conteste poniendo los ojos en blanco -.

- Desde mi punto de vista debe ser toda una experiencia para ti que seamos vecinos ¿o me equivoco? - enarcó las cejas hacía arriba – creo que no le puedes pedir nada mejor a la vida.

- Claro, este es mi sueño haciéndose realidad – respondí irónicamente - no puedo creer lo afortunada que soy .

Se inclino hacía mí, clavando esa penetrante mirada suya directamente en mis ojos. Frunció el ceño, como si hubiese fracasado en su intento de encontrar algún tipo de respuesta oculta que aún no había salido de mi boca. Trague saliva y desvié la mirada hacia el marco de la puerta.

- ¿Cuánto hace que vives aquí? - Demande -.

-Unas dos semanas aproximadamente – dijo Aaron pensativo – ¡Oh claro! si quieres puedo ser tu Guía, enseñarte los mejores lugares, las mejores fiestas...

-No, gracias – le corte – Lo que menos necesito es comenzar mi vida universitaria contigo.

-Me haces daño con tu fría indiferencia – se burló estremeciéndose -.

Reprimí una sonrisa, realmente seguía siendo el mismo.

-No sabía que querías estudiar en la universidad de Berkeley- Comentó distraído- Pensaba que tu opción principal iba a ser Stanford.

Torcí el gesto. Ese había sido un golpe bajo. Aaron sabía perfectamente que Alex, mi ex novio, iba a comenzar su primer año universitario allí.

- Tengo una pregunta ¿Piensas alguna vez las cosas que dices? ¿O simplemente te gusta molestar a los demás? – Solté enfadada -.

Se cruzó de brazos mientras daba un paso hacia mí, haciéndome dar un paso atrás.

-Siempre estas a la defensiva ¿verdad? - dijo esbozando una divertida sonrisa- Diviértete un poco, escápate de tu vida 5 minutos, cuando vuelvas tus problemas seguirán estando en el mismo lugar.

-Tu eres mi principal problema ahora mismo – Conteste como si no resultara obvio -.

Me miraba sonriente con esa pose despreocupada que siempre parecía tener, Vistiendo una liviana camiseta blanca tan simple, pero que al mismo tiempo lo hacía resultar muy atractivo.

- ¿Por qué no pasas? Así podemos discutir sobre lo mucho que te encanto y el motivo que te ha llevado a seguirme hasta Berkeley – Contestó divertido -.

-Me encantaría pasar más tiempo contigo pero resulta que tengo muchas cosas que hacer, como darle un baño a mi pez - No podía creer la tontería que acababa de decir, pero añadí- Lo dejamos para otro día ¿vale? Dentro de dos años o así, Adiós.




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