Me lleve la mano a los labios. Ese era el mismo lugar donde hace tan solo unos segundos habían estado los labios de Aaron, aun podía notar la suavidad de ese beso y como esos labios parecían encajar perfectamente con los míos.
Me quede en aquella misma posición, sentada sobre el suelo, durante un par de minutos mirando fijamente hacia el hueco de la escalera por donde se acababa de marchar Aaron. No podía creerlo, lo había besado. Había sentida una extraña sensación de atracción hacía él, como si de imanes se tratasen nuestros cuerpos. Pero, ¿Por qué? Si ni siquiera me gusta ese chico, con esa estúpida sonrisa fácil y esa forma impertinente que tenía de sacarme de mis casillas cada vez que dice una sola palabra.
No podía haber besado a Aaron Hampson.
Y ahora... ¿Qué habrá pensado de mí? ¿Pensara que quiero algo más? ¿Se lo contara a Alex?. Trague saliva. Ya estaba imaginando como el rumor se acabaría extendiendo. Visualice los titulares en los periódicos, “Despechada chica de 19 años se venga de su antiguo novio liándose con su mejor amigo”, y a eso posiblemente le añadirían una fotografía a tamaño grande. Definitivamente estaba acabada.
Me pellizque el puente de la nariz intentando pensar con claridad.
Espera, eso es. ¿Puede que todo esto solo había un mal sueño? Quizás si me pellizcaba las mejillas despertaría y con suerte aun seguiría estando en la cama. Lleve las manos a mis mejillas, y me pellizque con todas mis fuerzas. Maldición, parecía que si estaba despierta. Quizás simplemente esta locura se debía a la falta de sueño o a una alucinación. Si, debía de ser eso. Tenía que contárselo a Eric seguramente él ….
Mierda, Eric. Me había olvidado por completo de él..
Mire la hora en mi reloj de muñeca y vi que la clase lleva unos 10 minutos empezada. ¿En qué momento giraron tan deprisa las agujas del reloj? Saque mi móvil y tras un breve vistazo, vi que tenía 2 llamadas perdidas de Eric. Le mande un mensaje diciéndole que me había sentido un poco mal y llegaría tarde, por lo que lo esperaría frente los bancos del edificio principal.
Cuando más pensaba en lo ocurrido más frustrada y angustiada me sentía, por lo que decidí apartar el pensamiento de mi mente. Solo por ahora.
...
Cuando llegue a la universidad me di cuenta de que las cosas seguían igual, todo parecía normal. Mientra que al mismo tiempo mi subconsciente me gritaba que solo han pasado unas horas, y que tampoco era para tanto. Eche un vistazo a mi alrededor pero evitando mirar a nadie directamente a los ojos. Como si mi mirada me pudiese delatar “¡Oh, miradme he besado a Aaron Hampson!”.
Podía llegar a ser tan ridícula algunas veces. Era mi segundo día de universidad, por supuesto que nadie me miraba puesto que nadie me conocía. La paranoia me estaba afectando.
Comencé a morderme las uñas mientras observaba nerviosa a la multitud, esperando que Eric apareciese de un momento a otro.
-Hola de nuevo – me saludó Eric en tono amigable-.
-¿Qué tal la clase? – pregunte -.
Él gruñó como respuesta.
-La profesora ha pedido que nos presentemos uno por uno, y por si eso no le bastara nos ha sacado al centro de la clase – me contó -.
Puse cara de dolor y me eche a reír.
-Creo que solo por eso me alegro de no a ver estado – respondí totalmente con sinceridad -.
La verdad era que hablar en público delante de desconocidos no era uno de mis puntos fuertes.
Me contó un poco sobre el programa de las asignaturas y me pasó una hoja con la bibliografía de Historia Moderna que había recomendado la profesora para leer. La repase por encima y sonreí ya que la gran mayoría de las obras las había leído.
Antes de ir a clase nos detuvimos para comprar un café en la cafetería, necesitaba un poco de cafeína en el cuerpo. Bebí el primer sorbo y sentí como poco a poco iba surgiendo efecto despertando algunas de mis terminaciones nerviosas que aun seguían adormecidas. Nos dirigimos hacia la siguiente clase, la del profesor Bennet. Al entrar en clase lo primero que hice fue inspeccionarla en busca de cierto sujeto, y respire aliviada al comprobar que Aaron no está allí. Quizás se sentía demasiado avergonzado como para mirarme a la cara. Por un segundo me permití volver a recordar sus últimas palabras después de besarnos “Esto es un error”. Apreté los puños. El sí que era un error de la naturaleza.
El profesor Bennet llegó y comenzó a impartir su clase. El primer tema que impartió fue Egipto, o la época gloriosa como la llamaba él. Aunque no pudo avanzar mucho sobre la materia ya que se distrajo enseguida cuando una persona le preguntó sobre si recomendaba alguna película referida al tema. Así que cuando caí en la cuenta, la clase había terminado.
Me giré hacia la derecha y solté todo el aire de golpe cuando vi a Aaron allí sentado, había estado toda la clase ignorándome por completo, sin decía ni una sola palabra. Entrecerré los ojos. Ni si quiera me había dado cuenta de que estaba justamente sentado a mi lado.
-¿Qué tal la mañana? – preguntó en un tono clamado -.
Actuá normal, Elena. ¡Con naturalidad!
-Bi ... bien – conseguí decir mientras comencé a recoger mis cosas con rapidez -.