El trayecto a casa de Abby y Cody, se me hizo realmente rápido. No sabía que vivían tan relativamente cerca del centro de la ciudad, realmente había llegado a suponer que estarían cada uno viviendo en alguna residencia específica del campus. No esperaba que vivirían juntos. Ambos habían llegado al restaurante en el coche de Eric, ya que él se ofreció a recogerlos. Por lo tanto, nos dividimos en dos grupos Eric, Abby y Alice irían juntos en el coche de Eric. Dejando el coche de Alice aparcado frente al restaurante. En el segundo coche íbamos Aaron, Cody y yo.
Me senté en los asientos traseros así dejaba a Cody de copiloto dando indicaciones a Aaron. Me centre en los acordes de una guitarra que sonaban por la emisora de radio, parecía que era un viejo grupo pop de los 80.
-Justamente esa del porche azul es nuestra casa – señaló Cody -.
Gire mi cabeza siguiendo el lugar donde Cody acababa de señalar, y me quede con la boca abierta. ¿Pero esto era una casa de estudiantes? ¿Cuánto dinero debía de costar vivir aquí? ¡Era increíble!. La enorme casa adosada de dos plantas cubría la totalidad de la parcela que tenía frente a mí, dejando un enorme terreno de césped recién cortado y pequeñas secciones con flores de llamativos colores plantadas. Pequeñas lucecitas alumbraban la entrada a la casa, creando un ambiente muy acogedor.
-Estáis metido en algo ilegal – comenté mientras seguía admirando la casa -.
-Es una de las casas de la familia de Abby, su familia tiene varias repartidas por todo el Estado de California – me explicó Cody -.
-Es una pasada – dije con total sinceridad, mientras seguía admirando la impresionante casa-.
-Cierra la boca o acabaran entrando moscas – se burló Aaron, mirándome por el espejo retrovisor -.
Aparcamos justamente detrás del coche de Eric. Y bajamos del coche para unirnos a los demás.
-Eres millonaria y yo no me había enterado – bromeó Alice dirigiéndose a Abby -.
-No es para tanto – se ruborizó Abby – Vayamos al interior.
El interior era aún mejor de lo que esperaba, las paredes blancas le daban un toque mucho más luminoso a la casa. La cocina con isla central y diferentes taburetes rodeándola se integraban con él salón, compuesto por unas enormes estanterías repletas de libros que hacía que quisiera quedarme mirándolos todo el tiempo. Un enorme sofá de color gris y formando una L ocupaba casi la totalidad del espacio y frente a él una chimenea con decoraciones de mármol blanco y gris, sobre esta, una enorme pantalla plana se llevaba parte del protagonismo de la sala. Me encantaría ver una película allí, seguramente seria como estar en el cine.
-Como hace buen tiempo ¿Nos tomamos algo en el jardín? – nos preguntó Abby -.
El jardín no tenía nada que envidiarle al interior de la casa. Una amplia piscina de estructura rectangular se encontraba en su parte central y alrededor de ella múltiples tumbonas. Como las luces del exterior estaban apagadas no sabía bien si lo que se veía en el lado derecho era una especia de casita de madera, pero que perfectamente podía tener el mismo tamaño que todo mi apartamento.
Nos sentamos en unos sillones de mimbre acolchado, y Abby junto a Cody se dirigieron a una pequeña barra que estaba al lado.
-Adoro tu casa – comente mirando a mi alrededor -.
-Creo que es demasiado grande para solo dos personas, y si no estuviésemos estudiando aquí en Berkeley estaría deshabitada – suspiró Abby -.
-Podéis venir tantas veces como queráis – Cody dejó una bandeja con diferentes botellas alcohólicas en la mesa frente a nosotros – Podríamos hacer una fiesta en la piscina un día de estos, a Abby se le da bien organizar fiestas.
-Sí, eso sería una gran idea – le dio la razón Abby dejando una pila de vasos sobre la mesa -.
Todos rellenamos nuestros vasos, menos Aaron que tenía que conducir de vuelta. En ese momento me alegre a mí misma por no traer el coche.
-Oye Elena has terminado el comentario sobre la época faraónica – me preguntó Eric que estaba sentado a mi izquierda -.
-Sí, solo me queda pasarlo a limpio y volver a revisarlo – le confesé dando un sorbo a mi bebida -.
-¿Como has averiguado la última parte? - preguntó, dejando su vaso sobre la mesa -.
-Eso fue lo más fácil resulta que ... – comencé a decirle -.
-¿Los empollones han terminado ya sus conversaciones aburridas? – dijo Aaron con sarcasmo -.
Me volví hacia él entrecerrando los ojos y le lancé una mirada envenenada, estaba sentado justamente frente a mí y solo me respondió de vuelta con una sonrisita burlona.
-Veo que cada día os lleváis mejor – opinó Alice -.
-Elena sabe que no podría vivir sin mi – soltó Aaron – así que todo eso sobre que me odia, simplemente es fachada.
-Idiota – mascullé -.
-Esa es su forma de decirme que me quiere – él se encogió de hombros y le tire una pequeña bola de papel que había conseguido hacer con una servilleta -.
-Paz y amor chicos – bromeó Cody mientras volvía a rellenar su vaso -.