Desperté un poco desorientada, no recordaba en qué momento me había quedado completamente dormida. Una suave manta me cubría por completo. Me incorpore un poco, mientras iba cayendo en la cuenta de que había dormido toda la noche en el sofá. Fruncí el ceño mirando a mi alrededor. ¿Dónde se había metido Aaron? Miré el reloj de mi muñeca, el cual estaba marcando las 12. Mierda. Le prometí a Abby que llegaría a su casa sobre las 1:30, para ayudarla a preparar lo que le faltase de la fiesta.
Me dirigí a mi habitación. ¿Podría ser que Aaron se quedara dormido en mi cama? Pero después de abrir la puerta de mi habitación, no pude ocultar mi decepción al comprobar que allí tampoco estaba. Me pellizque el puente de la nariz mientras cerraba los ojos. Lo mejor que podía hacer era no darle demasiadas vueltas al asunto, podría ser que tuviese cosas que hacer por la mañana temprano o yo que se.
Lo único que podía hacerme mantener la cabeza en otra parte, era elegir el conjunto para la fiesta. Así que decidí prepararme para ese gran día. Llevaba casi toda la semana esperando por que llegase ese día. Sí, eso es. Abrí la pequeña cómoda y saqué de él mi biquini nuevo. Definitivamente estaba encantada con la compra que había hecho. Lo dejé sobre mi cama, y fui hacia el salón en busca de mi teléfono móvil. Me di cuenta de que tenía una llamada perdida de Alice y dos mensajes. Revisé los mensajes. Uno de ellos era de Abby, lo leí.
< ¡Mi chica favorita! Prepárate para pasar un día increíble. PD. Tráete ropa de sobra, estas obligada a quedarte a dormir. Un Muack >
Sacudí la cabeza y sonreí. Ya había supuesto que diría algo así. Le contesté y le di a enviar. Comprobé que el otro mensaje era de Aaron. Con dedos temblorosos le di a abrir y lo leí.
<Puedo asegurar que te has sentido sola al despertar, pero no te preocupes dentro de un rato me veras de nuevo ;). No quería despertarte parecía que soñabas con algo muy bueno, ¿Puede ser que conmigo como protagonista?>
Puse los ojos en blanco. Creo que este chico tiene el ego demasiado alto. Decidí contestarle.
<Intenta no pensar mucho en mí, aunque sé que eso es pedir demasiado. Luego te veo>
Después de pensarlo un par de minutos. Le di al botón de enviar.
Volví a mi habitación. Puse los brazos en jarras. Bien, manos a la obra. Me desvestí y me puse el biquini. Definitivamente me quedaba genial. Me miré en el espejo y giré un poco para mirarme mejor. El color rojo borgoña era lo que me había hecho decidirme por este modelo. Me realzaba la figura. Y ni que decir tiene que mi piel resaltaba mucho más.
Abrí el armario y saqué un pequeño kimono de color negro y unos vaqueros cortos. Decidí llevar la parte de arriba solo cubierta por el kimono, ya que traía un pequeño lazo que anudé en mi cintura. Vale, ahora sí que estoy contenta con mi look de hoy. Como no era una gran experta en peinados me decidí por recoger mi cabello negro en una cola alta. Abrí el primer cajón de mi tocador y saqué mi neceser de cremas. Busqué en ella la protección solar, y me la apliqué por el rostro, brazos y piernas. Mi madre estaría orgullosa de esto.
No solía maquillarme para ir a la piscina, ni siquiera, aunque de una fiesta se tratase. Como en este caso. Por lo tanto, solo me apliqué un poco de rímel resistente al agua. Y un poco de brillo de labios, algo sutil. Cerré el estuche de maquillaje, y lo guardé junto con el neceser en el cajón derecho del tocador.
Decidí llamar a Alice para comprobar si estaba lista.
-¡Elena! Justo ahora mismo estaba pensando en ti – contestó la voz de Alice al otro lado del teléfono -.
-Siempre piensas en mí, no creo que esta sea una excepción – bromeé -.
Soltó una pequeña risita.
-Hace un calor insoportable, estoy deseando zambullirme en la piscina – me informó -.
-Ya somos dos – Busqué unas sandalias y comencé a abrochármelas -.
-Oye, ¿Vas a quedarte a dormir verdad? – preguntó -.
-Claro, ahora mismo voy a preparar la mochila.
-Bien, esto se pone cada vez mejor – celebró ella – Por cierto, ¿Vienes en coche con Aaron?
Ahora que lo pienso no me había puesto nada en el mensaje sobre que viniese a recogerme.
-Mmm no, lo cierto es que tengo el coche en el taller ¿Puedes pasar a recogerme? – murmuré -.
-Obviamente – confirmó ella -.
-Termino de preparar las cosas y te mando un mensaje ¿sí? – dije -.
-Vale.
Colgué el teléfono.
Abrí el segundo cajón de la cómoda y saqué un conjunto de ropa interior de color beige. Busqué en el armario un sencillo vestido de pequeñas florecitas azules y que se anudaba al cuello. Lo doblé con cuidado, e introduje todo en el interior de una pequeña mochila de color amarilla que tenía. ¿Qué me faltaba? di un pequeño vistazo a mi habitación. ¡Eso es, el cargador para el teléfono móvil!. La carretera y una toalla.
-Creo que ya lo tengo todo, es mejor que me vaya ya -musité pensativa -.
Le escribí un mensaje a Alice informándole de que ya podía pasar a recogerme.