Mientras dure

Capítulo 29

-Así que todo fue un mal entendido – dijo Alice, mientras buscaba hielo en el fondo de una de las cubiteras -.

-Parece que me adelanté a los acontecimientos – sacudí la cabeza -.

Me recordé a mí misma que no debería tomarme las cosas a la ligera.

-No te culpes – Alice me pasó una botella de ron – tenías tus motivos.

Rellené mi vaso y le pasé la botella de vuelta a Alice.

-Lo mejor será que la próxima vez hable con él primero – contesté -.

Acabábamos de comer una estupenda barbacoa. Y para mi sorpresa Cody había sido el cocinero a cargo. No pensaba que tendría algún talento culinario. El día estaba transcurriendo estupendamente, y el ambiente era realmente genial. Levanté la vista al cielo y comprobé como comenzaban a notarse los primeros signos de la llegada del atardecer. Él sol que nos había acompañado durante todo el día comenzaba a disminuir su luz. En su lugar comenzaban a dibujarse pequeños colores anaranjados.

-Es una pasada la puesta de sol desde aquí – murmuró Alice mirando en el mismo punto del cielo que yo -.

-Es preciosa – sonreí -.

-Si, lo es – la voz de Aaron me sorprendió por un segundo -.

Miré a mi lado y allí estaba él. Con una preciosa sonrisa cálida en su cincelado rostro mientras me miraba.

Y al mismo tiempo que todos los ocupantes del jardín levantaban la mirada al cielo fascinados. Aaron y yo nos quedamos mirándonos el uno al otro. Como si el tiempo se hubiese detenido y en ese momento estuviésemos en nuestra propia burbuja privada. Ladeó la cabeza y me miró con mucha atención. Y por alguna inexplicable razón me ruboricé.

-¡Oye acosador! – lo llamó Alice -.

El me miró un instante antes de volver la cabeza en dirección a Alice.

-¿Has traído pijama para esta noche? – bromeó ella -.

-No suelo usar pijama – Aaron se encogió de hombros -.

Ella me dio un codazo.

-Que coincidencia, Elena no usa tampoco – contestó ella -.

-¡Alice! – le reñí -.

-Lo sé – confesó Aaron con una sonrisa burlona -.

Consiguiendo que Alice se quedase con la boca abierta.

-Tú qué sabes – entrecerró los ojos mirando a Aaron -.

-No esperaba que hubieseis llegado a ese nivel – Alice me rodeó con un brazo por encima de los hombros -.

-Elena se abalanza sobre mí una y otra vez – respondió Aaron divertido – No iba a resistirme mucho tiempo.

Me giré hacia Alice.

-Alice, eso no es cierto – fruncí el ceño -.

-¡Quiero que me cuentes todos los detalles! – me ordenó ella -.

Solté un suspiro frustrada. Y ambos comenzaron a reírse.

-¿Viste su cara? – Aaron se llevó una mano al estómago como si intentara sofocar las carcajadas -.

-Se estaba esforzando tanto por negarlo – respondió Alice, riéndose también -.

Fruncí el ceño más aun y los miré atentamente.

-Ahora se unís para reíros a mi costa – observé con sarcasmo -.

-Fue totalmente improvisado créeme -Alice unió sus manos en señal de súplica -.

Aaron no dijo nada, creo que intentaba ahogar una sonrisa.

-Idiotas – mascullé -.

Alice me dio un pequeño abrazo.

-¡Aaron! -Eric lo llamó desde el lugar donde estaba colgada la canasta de baloncesto- Ven a jugar, ¡Te necesito!.

Creo que no fui la única en notar el tono desesperado y de súplica que había en su voz.

-Bueno creo que tengo que salvar a tu chico – Eric miró de reojo a Alice -.

-Oye tu ... – tartamudeó ella, y se giró en mi dirección – Se lo has contado.

-Yo ... – intente decir -.

-No hace falta – Aaron sacudió la mano quitándole importancia – Se nota a leguas, me di cuenta yo solo.

¿Qué se dio cuenta solo? Venga ya. Si uno de sus principales propósitos en la vida era decir que Eric y yo eramos pareja, o que a él le gustaba. Después de que le expliqué qué Eric los motivos por los cuales no tenía ningún interés en mí, pareció relajarse.

-Sería una lástima que se me escapara algún comentario delante de Eric – Sonrió Aaron con sarcasmo – Imagínate que me adelanto antes de que tú te lances.

-No te atreverás – replicó Alice -.

-¿Yo? Por quien me tomas – Él puso cara de inocente – Somos amigos ahora Alice – hizo una pausa – Y por si fuese poco vas a cederme tu lugar en la cama de Elena esta noche para que yo duerma a su lado.

-¿Qué? – pregunto. Pero ninguno me contesta.

¿Desde cuando la conversación había vuelto a girar en mi dirección?

-Chico listo – Asintió con la cabeza Alice -.

-Detalles como esos los valoro – sonrió él triunfante -.




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