Mientras dure

Capítulo 54

Parecía que el tiempo se había detenido durante unos segundos entre nosotros tres. Mientras el resto de estudiantes pasaban a nuestro alrededor, Eric al igual que yo, mantenía la mirada fija en el rostro de Aaron. El incipiente enfado que había notado, hacía escasos minutos parecía que se había ido. En su lugar se encontraba una sonrisa torcida. No sabía en qué momento había llegado, pero al parecer había escuchado toda la conversación completamente.

-Aaron, todo esto tiene una explicación – dije de repente -.

El silencio incomodo que se extendía entre nosotros me ponía nerviosa.

-No me digas – murmuró él – me encantaría oír que tienes que decirme, pero no quiero llegar tarde a clase.

¿Ahora pretendía evitarme? Venga ya.

-Aaron... - susurré -.

Aaron pasó entre Eric y yo, sin tan siquiera mirarnos a ninguno de los dos. Eric me lanzó una mirada desesperada y yo le respondí encogiéndome de hombros. No pensaba que iba a tomárselo de aquella manera. Me volví para mirar la espalda de Aaron. De pronto se detuvo.

-Casi lo olvidaba – musitó, girándose parar mirarnos -.

Caminó hacia nosotros. Su rostro permanecía oculto con la perfecta mascara neutral que había logrado ponerse. Cuando estuvo frente a nosotros. Le ofreció a Eric el café que le había comprado en la cafetería. Este lo recibió con manos temblorosas.

-G-Gracias Aaron – balbuceó Eric -.

-No es nada – contestó él -.

Se volvió hacia mí, para pasarme el zumo de naranja que le había pedido antes. Mis ojos no se apartaron de sus manos. Cogí el pequeño vaso transparente, relleno de zumo de sus manos. Lo siguió sujetando durante unos minutos en los que permanecía con la mirada fija en mi. Y por fin lo soltó.

-Aaron... – susurré -.

-¿No querréis llegar tarde verdad? – preguntó él -.

Nos miramos el uno al otro durante unos minutos, luego apartó su intensa mirada.

Se giró de nuevo, dándonos de espalda. Y se perdió entre los distintos estudiantes. Solté un largo suspiro ¿Por qué aquello tenía que resultar tan difícil?

-¿Crees que está enfadado? – me preguntó Eric -.

-Puede que se sienta traicionado -contesté – nadie sabe que puede estar pensando Aaron en estos momentos.

-En el momento que le expliques como son las cosas estoy seguro de que te entenderá – me dijo Eric -.

Y el único consuelo que tenía ahora, era esperar que Eric tuviese razón.

Cuando el profesor dio por finalizada la última de las clases que tenía en el día, me alegré por completo. Me estiré en mi asiento. No había prestado atención a nada de lo que los distintos profesores habían explicado aquel día. Mi mente solo hacía divagar acerca de Aaron. Necesitaba hablar con él. Pero no me había enviado ningún mensaje para dejarme ver que quería hablar conmigo. Cuando terminó la clase que tenía con él, salió disparado de su asiento. Estaba segura de que incluso el profesor Bennet se sorprendió de su repentina salida.

No pensaba que Aaron estaría en contra de que fingiese tener algo con Eric. A estas alturas él debería confiar en mi lo suficiente como para saber que solo tenía interés en él. No era como si mis sentimientos fuesen a cambiar en una semana o algo por el estilo. Sería solo hasta que mi hermana volviese a casa. Además, ya le expliqué que lo mejor era que ella no se enterara, y de aquel modo mis padres tampoco lo harían.

-Elena ¿Quieres que te lleve a casa? – preguntó Eric, mientras recogía mis cosas -.

Había venido esta mañana con Aaron. Pero tal y como estaban las cosas, no sabía si iba a tener que buscarme otro transporte de vuelta casa. Me pellizqué el puente de la nariz.

-Si no te importa, me gustaría que me llevases a casa – respondí -.

Salimos de la clase, dirigiéndonos hacia el estacionamiento. Sujeté mi carpeta de anillas sobre mi pecho, apretándola con fuerza. Estaba tan nerviosa, que no había conseguido meterla en el interior del bolso.

-¿Piensas que Alice se lo tomara igual que Aaron? – Eric se rascó la ceja – lo pregunto porque suelen ser bastante parecidos ellos dos.

Solté una risita.

-Vaya, parece que no soy la única que piensa eso – sonreí -.

-Voy a hablar con Alice hoy – comenzó a decir – será mejor que lo haga cuanto antes, le envié un mensaje mientras estábamos en clase.

Sentía como si me estuviese metiendo en su relación. Le estaba pidiendo algo a Eric sin pensar en las consecuencias que le podrían traer en su vida. Me daba la sensación de que estaba actuando de forma egoísta. Aunque pareciese una tontería, pensé que había sido todo demasiado impulsivo por mi parte.

-Muchas Gracias Eric, de verdad – le dí un leve apretón en el brazo -.

-¿Para qué están los amigos? – contestó -.

Ambos nos miramos y comenzamos a reírnos.

-Al parecer ya actuáis como toda una verdadera pareja – la voz de Aaron sonó a nuestro lado -.

Estaba sentado en un banco. Tenía los brazos cruzados y nos dedicó una mirada divertida.




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