Aun no podía creerme que Aaron y Alice se acabasen de autoproclamar pareja. Daba por hecho que debía estar por algún lado, escondida una cámara oculta. Porque de otra forma no podría explicármelo. Algo me decía que sobre esto se habló en la conversación que habían tenido ambos por teléfono. Pero, aun así, me parecía increíble. Esta relación ficticia que ambos se estaban montando tenía todo el sello personal de ser una idea de Aaron. Seguramente el motivo por el cual se recuperó tan rápido de su enfado, fue el saber que tenía una idea preparada para ser utilizada.
¡Aaron eres un idiota!, me encantaría gritarle en aquel momento a pleno pulmón.
No me había lanzado ni una pequeña mirada de las suyas. Estaba absorto en una conversación con Alice. Fruncí el ceño mirándolos, mientras le daba un sorbo a mi batido. Eric se sentó a mi lado. Me dio un pequeño codazo.
-Si continúas taladrándolos con la mirada puede que tu hermana lo encuentre curioso –susurró Eric en mi odio -.
-Lo siento – le dije en voz baja – es que aun no me lo puedo creer.
Eric soltó un pequeño suspiro a mi lado.
-Parece que tenían una jugada maestra preparada esos dos – bromeó Eric -.
-No te preocupes, seguramente todo fue idea de Aaron – puse los ojos en blanco -.
-Aun así, consiguió que Alice se le uniese – masculló Eric -.
-Sabes perfectamente que Aaron puede llegar a tener un gran don para convencer a la gente – dije -.
-Supongo que debí sospechar algo cuando Aaron me pregunto si quería acompañarlo al centro comercial – murmuró Eric – creía que solo quería pedirme opinión sobre que ropa interior comprarse.
Solté una carcajada al oírlo.
Alguien carraspeó a nuestro lado. Eric y yo, levantamos la cabeza. Los tres integrantes que nos acompañaban en la mesa, estaban observándonos. Lila tenía una cejar levantada en mi dirección. Alice desviaba la mirada de su batido a Eric. Aaron por otro lado no me quitaba los ojos de encima.
Vaya, por fin te das cuenta de que estoy aquí.
-¿Qué es eso tan divertido que estáis contando? – preguntó con curiosidad Aaron -.
Por supuesto, él no iba a perder la oportunidad.
-Hablábamos de una anécdota muy divertida que nos pasó el otro día– respondí -.
Miré a Aaron entrecerrando los ojos. No iba a dejar que se hiciese con el control de la situación.
-Ya veo – Aaron se inclinó sobre la mesa – ahora que lo pienso, ¿le has presentado tu novio a Lila?
-¿Cómo? Entonces, él es el famoso Eric – dijo mi hermana con la boca abierta formando una o -.
Aaron curvó sus labios en una sonrisa burlona.
-¡Que atento eres Aaron, algunas veces pienso que no sé qué haría sin ti! – le dije con sarcasmo -.
-Lo que sea, por la mejor amiga de mi querida Alice – contestó él -.
Lo ignoré -.
-Lila este es Eric – lo presenté -.
-Eres mucho más guapo de lo que Elena me había contado – Lila le dio dos besos en las mejillas a Eric -.
-No es para tanto, pero supongo que gracias – respondió Eric ruborizándose -.
-Justamente hace un rato hablábamos de vosotros dos – dijo Lila, señalando a Aaron y Eric -.
¿No podía tener una hermana tímida que se mantuviese en silencio?
-¡Qué casualidad! ¿no? – opinó Aaron -.
-Muchísima casualidad – asentí con la cabeza -.
-Parece que este encuentro estaba planeado incluso – intentó bromear Eric -.
Pero Lila fue la única que se rio.
-Entonces, ¿Cómo conociste a mi hermana? – preguntó Lila dirigiéndose a Eric -.
Este se congeló en el sitio. Por ese motivo quería realizar un reencuentro programado con un par de días de antelación para prepararnos mejor. Tosí un par de veces.
-Claro, cuéntale como la conociste – insistió Aaron -.
Le lance una mirada envenenada. Sabía bien que estaba esperando que metiésemos la pata y mi hermana nos pillase en el acto.
-Lila, es una historia bastante larga y hace mucho tiempo así que no creo que Eric se acuerde – expliqué -.
-¿Como va a olvidarlo? Esa clase de flechazo siempre se recuerda – insitió Aaron -.
-¿Acaso tu recuerdas cuando conociste a Alice? - lo pinché -.
-No estamos hablando de mi, Elena – él torció una sonrisa -.
Entonces la voz de Eric nos interrumpió.
-Acababa de mudarme a una residencia cerca del campus, y por supuesto no conocía a nadie en aquel momento así que aproveche y salí a investigar un poco la ciudad – comenzó a decir él – no sé cuántas calles llegue a recorrer, y eso que había madrugado, por lo que era muy temprano.
-La conociste por la calle – intento adivinar Lila -.
Eric negó con la cabeza.